La presencia de los entrañables kei-cars en Europa es puramente testimonial, pero en Japón (y algunos otros países asiáticos) son poco menos que una religión. Coches con filosofía urbana, de formas cúbicas y con gran arraigo en el país nipón, ahora Nissan nos presenta su visión de cómo será su kei-car del futuro con el IMk concept. Un coche eléctrico, completamente conectado, con tecnología de conducción semi-autónoma y un nuevo lenguaje de diseño denominado «Futurismo atemporal japonés».
El Nissan IMk no sólo nos anticipa la próxima generación de los modelos urbanos del fabricante nipón; es, además, todo un homenaje a la filosofía y tradición japonesas. El IMk, que mide solamente 3,43 metros de longitud, hace gala de una estética minimalista basada en el nuevo lenguaje de diseño de Nissan, que adopta la naturaleza simple del diseño tradicional japonés y se caracteriza por unas líneas muy fluidas. La pintura Akagane de este prototipo, de color cobre rojizo, rinde homenaje a los artesanos que transformaron el cobre en obras de arte funcionales.
Pero los símbolos del ADN japonés no se limitan a lo anterior, y también se reflejan en el «escudo» (o parrilla) V-motion y las luces traseras, que incorporan una huella lumínica que simula la madera enrejada. Según Satoru Tai, director ejecutivo de Diseño de Nissan, el IMk está diseñado «para sentirse como en casa tanto en entornos urbanos sofisticados como en pueblos japoneses tradicionales», combinando los conceptos fundamentales del segmento kei con la cultura japonesa más tradicional.
Nissan IMk concept, un 'kei-car' eléctrico y conectado.
Tanto es así, que el tratamiento aplicado a los parachoques, las ruedas, las llantas, las ventanillas, el techo y el alerón superior deriva de los patrones flotantes del mizuhiki, un hilo delgado hecho de papel de arroz japonés. Según Nissan, el diseño del mizuhiki es fluido por naturaleza y por eso en el IMk se ha buscado conectar armónicamente las partes delantera, laterales y trasera.
Nissan no ha publicado imágenes del habitáculo, del que asegura haberlo convertido en un «nuevo tipo de habitación» que recuerda al ambiente de una cafetería o salóny en el que un asiento de tipo banco. Está diseñado para generar un espacio relajante y acogedor, y el color Akagane vuelve a estar presente en distintos elementos del panel de instrumentos, las puertas y el volante para aportar luminosidad al interior. También hay madera, iluminación ambiental y se ha eliminado del salpicadero cualquier botón físico. En cualquier caso, y ante la falta de imágenes, habrá que creer lo que reza Nissan en la nota de prensa.
Por supuesto, a este pequeño y resultón prototipo no le falta una buena dosis de tecnología. Su tren propulsor es eléctrico, incorpora una versión más avanzada del ProPilot 2.0, el sistema de conducción semi-autónoma de Nissan, y función de aparcamiento remoto (los asistentes son capaces de traerte el coche de vuelta donde estés). También equipa lo último en conectividad. Según Nissan, en el futuro se podrá combinar la información de los sensores situados fuera y dentro del vehículo con los datos de la nube, de manera que se podrá analizar el entorno inmediato del vehículo y anticiparse a los futuros obstáculos incluso viendo lo que hay detrás de un edificio o tras una esquina.