En septiembre de 2016, Volkswagen presentó el Salón del Automóvil de París el ID.Concept. Aquel prototipo fue la primera pista, el germen, del coche que ahora conocemos como Volkswagen ID.3. Mucho ha llovido desde entonces, pero casi tres años y medio después por fin hemos podido conocer en España el primer coche eléctrico de la nueva familia ID de Volkswagen. La marca nos invitó a conocer el ID.3 en Madrid, un modelo del que ya hemos podido obtener las primeras impresiones.
Volkswagen ha depositado sobre el ID.3 la tarea de despegar un cambio en la manera de entender los coches, una en que se reducen a cero sus emisiones de carbono incluso en su fabricación. También una enorme carga, pues la compañía alemana quiere que su primer coche eléctrico desarrollado enteramente como tal (el e-Golf y el e-Up! son versiones derivadas de un modelo de combustión) se convierta en un icono equiparable al Beetle y al Golf.
Nuevo Volkswagen ID.3, por primera vez en España | ©HYE.
A primera vista, el ID.3 no se parece por diseño a ningún otro Volkswagen que haya a la venta. Aunque es ligeramente más corto que un Golf (mide 4,26 m frente a 4,28 del Golf), el hecho de ser 6 centímetros más alto y un par de centímetros más ancho le hace parecer más grande en general. La batalla alcanza los 2.765 mm de longitud, sólo 21 mm más corta que la del Passat.
Esto se traduce en un interior bastante amplio, y que se refuerza gracias a la ausencia de consola central -en la parte delantera- y del túnel de transmisión en las plazas traseras, dejando un suelo totalmente plano. El espacio es generoso especialmente para la longitud de las piernas: un servidor mide 1,83 de alto y en las plazas traseras había espacio de sobra en las rodillas; la altura al techo es suficiente pero no destacable, una posible consecuencia de tener la batería debajo del suelo.
Nuevo Volkswagen ID.3, por primera vez en España | ©HYE.
Desde el asiento del conductor tenemos un volante con botones táctiles en vez de botones físicos; tras el volante, un cuadro de instrumentos que se reduce a una pantalla; y en posición central, la pantalla principal, ligeramente orientada hacia el conductor. Su posición elevada permite no tener que retirar demasiado la vista de la carretera; para consultar el navegador no habrá que desviar la mirada lo más mínimo, pues el head-up display con realidad aumentada muestra en el parabrisas las indicaciones.
De hecho, prácticamente no hay botones físicos en todo el interior (aparte de los elevalunas, regulación de retrovisores y poco más). La iluminación ambiental del coche servirá también para crear también un saludo de bienvenida y despedida cuando entramos y salimos del coche.
La unidad que pudimos ver en Madrid se trataba, según nos comunicaron desde la marca, de un coche de pre-producción. La versión de serie sufrirá algunos cambios y por eso en algunos apartados no podemos extraer conclusiones certeras. Por ejemplo, el sistema de infoentretenimiento era una especie de 'demo' diferente al que tendrá el coche de serie.
Puesto de conducción del nuevo Volkswagen ID.3.
La configuración elegida para el interior del coche de demostración era una llamativa combinación de colores naranja, beige y negro; evidentemente, las habrá distintas. El colorido en los paneles de las puertas (combinando los naranja y beige mencionados antes) dan vistosidad a unas zonas en las que hay más plásticos duros que en un Golf. Una cosa por la otra, supongo.
Los frenos de tambor en el eje trasero -algo difícilmente justificable en un coche que rondará los 30.000 euros en su versión de acceso- parece que también son cosa de las unidades preserie; al preguntarle a un responsable de Volkswagen, me aseguró que el coche de serie llevará unos frenos distintos (intuyo que refiriéndose a frenos de disco).
Nuevo Volkswagen ID.3, por primera vez en España | ©HYE.
Por cierto, ¿os habéis fijado en esa pieza negra sobre el capó delantero? No tiene ninguna función a nivel ingeniería, es simplemente una cuestión de diseño. Debajo en la parte frontal no hay maletero, sino que el espacio se reserva para elementos auxiliares y los depósitos de diferentes líquidos como el refrigerante. El motor y la electrónica de potencia van situados en el eje trasero, y la potencia se envía a las ruedas traseras. Ahora solamente queda esperar a verano para poder conducirlo.