Hace tan solo mes y medio que Wiesmann anunció oficialmente la llegada de su primer modelo eléctrico llamado Project Thunderball. El renacimiento de la compañía alemana llegaría de la manera más eficiente, aunque no se esperaba que pudiésemos conocer a su nueva propuesta de retro deportivo tan pronto. Este nuevo modelo toma para sí los apéndices estéticos clásicos de la compañía y le añade una mecánica eléctrica con 671 CV.
Para quien no conozca la marca, esta fue fundada en Alemania y presentaba una serie de modelos en los que la estética retro y las prestaciones se unían en un mismo vehículo. Estos iban un paso más allá de lo propuesto en firmas como Morgan, ya que además de ser mucho más grandes también albergaban unos enormes motores V8 de origen BMW bajo su capó. Sin embargo, en 2014 la compañía echó el cierre después de años de agonía. En 2016 fue adquirida por Roheen Berry, un empresario inglés que ahora nos muestra los primeros pasos de esta segunda vida de la compañía.
Imagen conservadora
El nuevo proyecto eléctrico de Wiesmann continúa dando vida a la imagen que ya presentaban sus modelos pretéritos. De hecho, apenas modifica su estética con respecto a estos. Los nuevos detalles de este descapotable eléctrico pasan por un frontal con ciertos retoques, como unos grupos ópticos renovados o la ausencia de algunas aberturas de ventilación, las cuales ya no serán necesarias. Sin embargo, sí continúa albergando la parrilla central en forma de gota con lamas verticales por la cual se han caracterizado todos los modelos presentados por la marca.
De forma particular, sus llantas de generoso tamaño producen un apoyo aerodinámico para garantizar la canalización de aire y que produzca un cierto ahorro eléctrico. Mientras que en la trasera del Project Thunderball eléctrico vemos como sus faros también han sido modificados, así como en la mitad inferior de la propia zaga, donde ahora se sitúa el nombre de la compañía y se acopla un vistoso difusor aerodinámico.
En primera instancia parece que Wiesmann no renunciará a la posibilidad de tener el cielo como techo y únicamente se comercializará en forma de roadster con techo de lona. Si echamos un vistazo al interior, nos daremos de bruces con una calidad de materiales y acabados de primer nivel. Sus asientos tipo baquet están fabricados en fibra de carbono, así como el propio salpicadero del mismo, donde se insertan una multitud de relojes en los que se informa al conductor del estado mecánico del coche (carga de la batería, temperatura, velocidad, etc…). Tras el volante se ha ubicado una pantalla digital donde también poder apreciar estos mencionados datos. Sobre la consola central ahora se acoge una pantalla táctil de generosas dimensiones.
Mecánica 100% eléctrica
El Project Thunderball huye de arquitecturas híbridas enchufables para apostarlo todo a lo eléctrico. Como hemos mencionado anteriormente, los Wiesmann siempre habían portado grandes bloques térmicos de origen BMW; ahora esta receta ha cambiado notablemente y este coche eléctrico se une a Roding Automobile para que sea quien suministre tanto el motor como la batería del mismo.
Este descapotable eléctrico presenta una potencia de 671 CV y 1.100 Nm de par máximo gracias al empleo de dos motores eléctricos. Ambos se ubican sobre el tren trasero del coche, dotándolo de una tracción trasera permanente. Esto, según afirman desde la compañía, se ha hecho así para garantizar la máxima deportividad del modelo, así como adoptar un sistema de vectorización del par. Según las especificaciones proporcionada por la marca, el Project Thunderball será capaz de parar el crono en apenas 2,9 segundos en el 0 a 100 km/h. El peso total se cifra en alrededor de 1.700 kilos.
Por su parte, la batería cuenta con una capacidad útil de 83 kWh, la cual dotará al eléctrico de algo más de 500 kilómetros de autonomía. Su arquitectura es de 800 voltios, mientras que su capacidad de recarga ascenderá hasta los 300 kW. Como forma de recuperación de energía, el Wiesmann Project Thunderball incorpora hasta cinco niveles de frenado regenerativo.