El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, confirmó hace pocos días que en 2030 se prohibirá la venta de coches nuevos movidos por motores diésel o gasolina. A partir de esa fecha los únicos vehículos de cuatro ruedas que podrán adquirir los particulares serán eléctricos o híbridos enchufables. Pero, ¿qué ocurre con las motos? El Departamento de Transporte del Gobierno Británico (DfT) ha confirmado que, al menos por ahora, las motocicletas de gasolina no están incluidas en este plan.
La prohibición del Gobierno británico es parte del plan de 10 puntos del proyecto de ley de descarbonización propuesto para hacer que el Reino Unido sea neutral en carbono en el año 2050, y que será detallado más adelante. Aspira a poner fin a la venta de nuevos automóviles, furgonetas y camionetas de gasolina y diésel en 2030. Para ello dedicará una inversión de casi tres millones de libras en el sector de la movilidad eléctrica, repartidas entre una infraestructura de recarga que conecte toda la nación y el desarrollo de baterías de alta capacidad fabricadas en su propio territorio. Además, 1.300 millones de libras irán destinados a subvenciones a particulares y empresas para que instalen puntos de recarga vinculados y habrá ayudas a la compra de coches con emisiones ultra bajas.
En la información adelantada por el Gobierno no se especifica que ocurre con las motocicletas de combustión, que ni siquiera aparecen nombradas en el texto, por lo que se ha producido mucha confusión ante este proyecto de ley. Las interpretaciones han sido diversas, tanto de quienes opinaban que sí estaban incluidas como los que no. Todo esto ha contribuido a aumentar la incertidumbre.
Reino Unido podría adelantar a 2030 la prohibición de la venta de coches con motores térmicos
Por esta razón el Departamento de Transportes de Reino Unido ha querido aclarar esta situación para evitar un colapso en la industria de las dos ruedas. Según varias fuentes entre las que se incluye Motorcycle Action Group (MAG), un grupo de presión que defiende los derechos de los motociclistas del Reino Unido, el DfT ha descartado que las motocicletas eléctricas estén incluidas en el plan de prohibición de ventas de vehículos nuevos de combustión de 2030.
También confirmó que no existe un plazo establecido para poner fin a la venta de motocicletas de gasolina, añadiendo que en caso de que se inicie un estudio sobre este particular, lo negociará con MAG y con los actores principales de la industria de las dos ruedas para llegar a un acuerdo sobre cómo y el cuándo debe ponerse en marcha esta restricción.
¿Por qué las motocicletas no tienen que ser eléctricas?
La Comisión Europea está preparando una nueva normativa de emisiones, la Euro 7 que, según la industria alemana supone, de facto, la desaparición de los vehículos diésel y gasolina en 2025. Todos los estudios que se están haciendo desde Europa se basan en vehículos de dos ruedas, y no tienen en cuenta la aportación en cuanto a emisiones de las motocicletas.
Hay varias razones por las que las motocicletas no se incluyen en la mayoría de los planes que anuncian la prohibición de la venta de vehículos térmicos nuevos. La primera, y quizás la más importante, está basada en su eficiencia más que en su ecología, ya que son una parte importante que contribuye a reducir la congestión de tráfico en las ciudades. De hecho son una opción que está siendo valorada y aceptada por cada vez más ciudadanos que buscan desplazarse de manera más rápida en los entornos urbanos, más si cabe con la crisis sanitaria actual, en la que la distancia social es complicada de respetar en los medios de transporte colectivo.
Las motos eléctricas son una opción cada vez más demandada por los ciudadanos.
Hay, además, otro factor clave, que es la proporción de motocicletas que circulan por las carreteras de todo el mundo en relación con los vehículos de cuatro ruedas. En el caso de Reino Unido, según los datos de 2019, las motocicletas sumaban aproximadamente un total de 1,25 millones de unidades, mientras que los automóviles son 38,4 millones. La diferencia es tan grande que, por ahora, no existe la necesidad de intervenir en el mercado de las motocicletas de gasolina, aunque sí parece lógico impulsar la venta y el uso tanto de las motocicletas eléctricas como de las bicicletas eléctricas.