El Okai EB200, que sus creadores bautizan como una bicicleta eléctrica, pero que por sus características es un ciclomotor dentro de la legislación europea, se plantea como un vehículo eléctrico especialmente diseñado para la dura vida que supone el motosharing. Con aspecto de scooter y pedales funcionales, el Okai EB200 es una auténtica mezcla entre una bicicleta y un ciclomotor. Ofrece 750 W de potencia en su motor eléctrico, una velocidad máxima de 35 km/h y una autonomía de 40 kilómetros con cada carga, junto con la seguridad que ofrecen sus ruedas de 20 pulgadas.
Que la micromovilidad urbana goza de muy buena salud lo indican la amplia cantidad de servicios que ofrecen scooter y bicicletas eléctricas compartidas para desplazamientos de corta distancia en el interior de las ciudades. En este escenario trabaja el equipo multinacional de Okai, que tiene a sus espaldas servicios de este tipo desde hace 17 años, más de 350 clientes y cinco millones de vehículos destinados a la movilidad urbana.
Entre sus vehículo ofrece el nuevo Okai EB200 que se mueve en ese complejo mundo de la legalidad entre las bicicletas y los ciclomotores eléctricos ya que su definición depende de las homologaciones de cada país. En este caso, si bien en Europa no podría pasar por una bicicleta, sí podría hacerlo en Estados Unidos y otros mercados que permiten potencias superiores a los 250 W y que el motor eléctrico pueda funcionar sin necesidad de pedalear.
El asiento permite viajar a dos personas y habilita un espacio para los cascos detrás de él.
El Okai EB200 tiene sus principales virtudes en el diseño y la tecnología. En el primer aspecto destaca su cuadro de aluminio ligero, liviano, duradero y fácil de moldear. El segundo es que el equipo de diseño decidió darle aspecto de ciclomotor más que de bicicleta, buscando sobre todo la comodidad y la seguridad que exigen los servicios de motosharing para que el cliente se decida a subirse a ellos. También pensaron en la capacidad, puesto que este formato permitía incluir un asiento acolchado que puede acoger a dos personas con cierta comodidad e incluir una extensión de este para guardar los cascos.
Un cuadro que a primera vista es voluminoso, pero que no busca ser atractivo sino funcional. En su interior alberga todos los sistemas eléctricos que precisa un vehículo como este y los que permiten que pueda convertirse en un vehículo compartido sin darle problemas a la empresa que lo gestiona. Destacan las grandes y voluminosas llantas que calzan neumáticos de 20 pulgadas que incluso podrían permitir que se aventurase por algún camino de tierra.
Batería extraíble del Okai EB200.
El sistema eléctrico está compuesto por un motor eléctrico de 750 W de potencia que puede llegar a alcanzar una punta de 1,2 kW. Es capaz de trasmitir a la rueda trasera un par motor de 80 Nm que se traducen en una velocidad máxima de 35 km/h. Se alimenta de una batería oculta en el interior de su cuadro, diseñada por el propio fabricante y que en su interior contiene celdas de Panasonic con una capacidad de carga de 16 Ah. La autonomía declarada no es mucha, 40 kilómetros según los datos oficiales, aunque depende de diversos factores como el estilo de conducción, la temperatura ambiente, la orografía o la carga que se transporte.
En cuanto a los sistemas destinados a su naturaleza de vehículo compartido se encuentra un bloqueo antirrobo y una alarma que evitan que el Okai EB200 se mueva sin permiso. Además de activar el sistema de geolocalización, también bloquea el motor para que no pueda moverse. Cuenta con certificación IP67 de manera que ni el agua ni el polvo puedan dañar sus componentes mecánicos y electrónicos.
Panel de instrumentos del Okai EB200.
Por último, Okai destaca también su facilidad de manejo, para que puedan hacer uso de él personas de todas las edades. Una imagen de esa funcionalidad es el ingenioso panel de instrumentos, muy llamativo, que invita a subirse a él.
El Okai EB200 no está disponible para ser adquirido por clientes particulares, puesto que su venta se realiza a partir de 11 unidades como mínimo, por lo que se reserva para las flotas de empresas de servicios de motosharing.