Arc Vehicles Ltd, la empresa que está detrás de una de las motocicletas eléctricas más impresionantes que se habían presentado hasta ahora se ha declarado en bancarrota: la Arc Vector no verá definitivamente la luz. Lo que parecía que era un proyecto viable que tendría un futuro prometedor ha dejado de existir. Su financiación mediante crowfunding y su precio de venta, 114.000 dólares en Estados Unidos, no han sido una buena combinación para lograr el dinero necesario para llevarla al mercado.
Presentada en el pasado EICMA de Milán, la ARC Vector llamaba la atención sobre el resto de la competencia por un innovador diseño y también por su elevado precio. Sin embargo, en junio, la empresa Arc Vehicles anunció que la llevaría a producción a partir de 2020 en la fábrica que la empresa tiene al sur de Gales. Tras este anuncio, la empresa abrió un periodo de financiación mediante una plataforma de crowfunding con el objetivo de recaudar el capital necesario para la inversión inicial.
A pesar de que el modelo de producción iba a sufrir los necesarios recortes en el diseño de sus componentes y quizás en la mecánica eléctrica, y a pesar de que contaba con el apoyo económico de Jaguar Land Rover, los 1,1 millones de dólares recaudados no han sido suficientes para llevar a buen término el proyecto. La compañía se declaró en quiebra a principios de este mes, según informa RideApart, tras quedarse sin fondos.
La Arc Vector destacaba por algunas características de diseño muy innovadoras. Su estilo café racer se basaba en una construcción monocasco de fibra carbono que albergaba toda la electrónica. También empleaba un basculante delantero en lugar de una horquilla tradicional lo que modificaba la dirección y la suspensión. En la parte trasera, el otro basculante y la suspensión de muelles horizontales también estaban fabricados en fibra de carbono para lo que contaba con la compañía sueca Ohlins especialista en el desarrollo de sistemas de suspensión. Además, incluía un sistema de frenos de Brembo, especialmente diseñados por la empresa italiana, montados en posición vertical.
El motor eléctrico era capaz de desarrollar una potencia de 95 kW (127 CV) y acelerar la motocicleta de 0 a 100 km/h en tan solo 2,7 segundos alcanzando una velocidad máxima de 241 km/h. La autonomía de la batería, de la que no se conocía su capacidad, era de 193 kilómetros en carretera y 274 kilómetros en ciudad.
Arc añadía algunos complementos basados en la tecnología portátil, como una nueva interfaz hombre-máquina (HMI) compuesta por un casco HUD y una chaqueta háptica, que informarían y ayudarían al piloto aumentando el rendimiento y la seguridad de la motocicleta.
Ahora, la falta de financiación causada por un precio de venta 114.000 dólares, que no ha atraído los suficientes interesados a la campaña de microfinanciación como para cubrir todo el desarrollo de una motocicleta eléctrica tan especial y particular, ha dejado fuera de juego un proyecto que parecía tener futuro.
Muchas nuevas empresas recurren al sistema de crowdfunding para su financiación, en un esfuerzo por recaudar el dinero de personas particulares que creen en el futuro de un producto y una compañía y que, en un futuro, esperan ganar algo de dinero si el proyecto se consolida. Es esta, quizás, una advertencia para un mercado en el que no todo es posible.