Con la presentación de sus dos últimos scooters eléctricos, el S1 y el S1 Pro, Ola Electric daba un golpe sobre la mesa: un precio de apenas 1.000 euros (al cambio) y unas especificaciones muy por encima de la media de la competencia. Para fabricarlos, Ola Electric ha levantado una megafábrica al sureste de Bangalore en la que ha invertido 330 millones de dólares. En FutureFactory, el objetivo de la empresa es producir dos millones de scooters eléctricos al año nada más arrancar la producción y alcanzar los 10 millones en el verano de 2022. Pero los planes parece que no se están haciendo realidad.
El éxito parecía asegurado. Ola Electric quería fabricar un scooter eléctrico cada dos segundos en su nueva mega fábrica. Sin embargo, a pesar de comenzar con las entregas a principios de este mes, las cosas no están saliendo como estaban previstas, más allá de las imágenes optimistas que se ofrecían en el evento de entrega, con música y confeti cuando los primeros titulares de las reservas recibían su scooter eléctrico.
Sin embargo, solo algunos cientos de estos scooters han llegado realmente a las manos de sus propietarios. Hay casi 100.000 pedidos más, realizados por adelantado, que todavía no han salido de las líneas de producción de la fábrica de Ola. La instalación, diseñada para una producción de 5.500 scooter eléctricos al día tan solo ha logrado alcanzar un ritmo de 150, según informa Bloomberg.
FutureFactoiry, la megafábrica de Ola prometía un scooter eléctrico cada dos segundos.
El hecho de que las primeras entregas se retrasaran un mes ya daba una pista de que la producción había comenzado con lentitud y con algunos problemas extra. En un mundo tras una pandemia en el que las cadenas de suministro corren el riesgo de romperse cada día y donde comprar un Tesla puede suponer un año de espera, unas pocas semanas de retraso como las que sufrieron los clientes de Ola no parecen un problema muy grave. Así lo señala el director de marketing de Ola, Varun Dubey, que atribuyó el retraso a la escasez de semiconductores: "Tuvimos un retraso mínimo de entre dos y cuatro semanas en lugar de retrasos mucho más largos (de meses y hasta de un año) que son comunes en la industria".
Pero el problema de Ola no es lo que ha ocurrido. El problema es que a fecha de hoy nada ha cambiado en la fábrica y el ritmo de producción no se acelera. Algunas fuentes cercanas aseguran que el taller de carrocería está funcionando a la mitad de su capacidad y que el de pintura ni siquiera lo está haciendo.
Los scooter eléctricos de Ola se han desarrollado en India y se fabrican allí, lo que para la empresa supone un orgullo. Pero al igual que la mayoría de los vehículos de producción nacional en el resto del mundo, dependen en gran medida de componentes y materiales que vienen del exterior. Algunas estimaciones cifran en un 70 % las importaciones de materiales que provienen de China para la industria de vehículos eléctricos de la India.
Primeras entregas de los scooters eléctricos de Ola Electric en la India.
En pleno éxtasis por un futuro tan prometedor, el Director ejecutivo de Ola, Bhavish Aggarwal, anunció que comenzarían la exportación de scooters eléctricos a Estados Unidos a principios del próximo año. Un lugar en el que, a pesar del incremento del precio de venta propiciado por la gestión de las exportaciones, el fabricante indio podía ofrecer un producto muy competitivo en un mercado en que los vehículos de dos ruedas de alto rendimiento suelen ser caros.
Sin embargo, la aparente incapacidad de la empresa para satisfacer la demanda interna de su país parece que no deja mucho espacio para pensar en las exportaciones. Por otro lado, es posible que Ola tenga un problema mucho importante y preocupante. Según informaciones locales, Ola ha perdido varias figuras clave recientemente: el CFO (director de finanzas), el COO (director de operaciones) y su asesor general, aunque este hecho no ha sido confirmado oficialmente.