¿Es una bicicleta eléctrica aunque no tenga pedales? ¿O es entonces un patinete eléctrico? Sea lo que sea, y basándonos única y exclusivamente en que tiene un sillín, un cuadro como el de una bicicleta y llantas de grandes radios, diremos que la JackRabbit 2.0 es una mini ebike, o mini bicicleta eléctrica que está destinada, como dicen los ingleses, a los trayectos de última milla.
Para aquellos incómodos diez minutos a pie desde que aparcas tu coche y llegas a tu lugar de trabajo, o para cuando alguien te lleva a algún sitio pero no tienes ganas de volver andando, la JackRabbit 2.0 es, más que una bicicleta eléctrica, un patinete reencarnado en el cuerpo de una pequeña bicicleta eléctrica, que la hace fácilmente transportable.
A través de Kickstarter, una plataforma para la financiación de proyectos a través de crowdfunding, conocemos la segunda versión de la bicicleta, que aporta una visión se lleva la practicidad al extremo de su concepto, aun siendo suficientemente cómoda como para recorrer a bordo de ella los casi treinta kilómetros de autonomía máxima que propone en su modo más económico (en el que tendremos que impulsarnos a pie con ayuda del acelerador), o incluso podremos llegar a recorrer más distancia en función de si tenemos una o más baterías.
No es el primer proyecto con raíces particulares que pretende encontrar financiación para comercializarse a través del crowdfunding, ya que hace tan sólo unas semanas pasó por nuestra portada la Kuberg Ranger, una motocicleta eléctrica reencarnada en el chasis de una bicicleta, un caso muy parecido al que la JackRabbit que nos ocupa hoy.
En este momento el proyecto se encuentra a 20 días de finalizar la redaucación de fondos en la web de Kickstarter, y aunque haya encontrado ya 56 colaboradores, todavía le faltan 67.652€ para llegar a los poco más de 94.000 euros que le hacen falta para poder fabricar la JackRabbit 2.0.
La JackRabbit 2.0 pretende encontrar el eslabón perdido que existe entre las bicicletas eléctricas y los patinetes eléctricos, mientras que las primeras son ágiles, capaces y perfectas para distancias medias, los segundos son torpes y perfectos para distancias más cortas. Por tanto, el planteamiento de la JackRabbit la sitúa conceptualmente entre ambos, aportando la agilidad de una bicicleta tradicional, con sus grandes neumáticos y sillín, con el tamaño compacto de un patinete eléctrico y lo práctico que es el día a día, pudiéndolo guardar en cualquier rincón de la oficina o de tu propia casa.
El precio mientras dure la recaudación de fondos, para aquellos que contribuyan a la causa, será de 500 dólares amerianos, y una vez se lance al mercado su precio de producción, pretenden los creadores de la JackRabbit, se sitúe en torno a los 1.000 dólares.
