El uso cada vez más extendido del patinete eléctrico ha traído más de un quebradero de cabeza a la administración, especialmente en lo referente a la legislación. Su practicidad en el día a día para desplazamiento cortos y medios han hecho que su popularidad suba como la espuma, algo que, de forma paralela, también ha traído consigo un mal uso de estos vehículos, así como un número de accidentes cada vez mayor. Un estudio denominado “Nueva Movilidad Urbana y Seguridad Vial. Accidentalidad en la nueva cultura del desplazamiento” ha hecho públicos importantes datos sobre el uso que se le da a estos nuevos vehículos eléctricos que dominan nuestras ciudades.
El mencionado estudio ha sido presentado por la Fundación Línea Directa en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL). Los resultados del estudio se han realizado después de encuestar a un total de 1.700 personas en España, un número suficientemente alto como para sacar ciertas conclusiones que deberían cambiar.
Los elevados costes de mantener un vehículo a motor, especialmente por el alza de los precios del combustible o de la propia adquisición del coche, han hecho que se disparen en los últimos meses el uso y la compra de VMPs (Vehículos de Movilidad Personal). A través de este estudio se deduce que algo más del 44% de la población española (17 millones de personas) reconoce ser usuario habitual u ocasional de uno de estos patinetes eléctricos o de una bicicleta eléctrica, mientras que un 60% ve probable usarlo a corto plazo.
Sin embargo, las malas noticias afloran rápido y muchos conductores (el 38%) afirman que han dejado de usar su patinete eléctrico en el momento en el que la DGT ha comenzado a exigir el uso del casco mientras se circula. Adicionalmente, un 24% admite que ha dejado de usarlo a causa de la prohibición de circular por el acerado. En caso de que se les obligase a matricular o registrar el vehículo, el 50% de los conductores se desharían de su patinete.
Del total de encuestados, se llega a la conclusión de que el 73% de los usuarios de patinete eléctrico circula por las aceras de las ciudades, mientras que el 50% lo hace sin casco y el 45% ha sobrepasado en más de una ocasión el límite de velocidad de 25 km/h. De todos los encuestados, tan sólo el 14% de ellos admite cumplir habitualmente con todas las normas vigentes sobre el uso debido de estos VMP.
Estas cifras ponen de manifiesto, según los organizadores de este estudio, el alza en los accidentes personales ocurridos en vías urbanas desde el año 2011. En total, se han causado más de 4.700 víctimas mortales por diversas causas (caídas, atropellos, etcétera). A esto se une la confirmación de que, en caso de que la mayoría de usuarios descartase acatar la nueva normativa de la DGT, se podrían sufrir alrededor de 5.500 víctimas durante toda la década actual, lo que supondría un incremento de fallecidos en 830 (18% adicional con respecto a la década anterior). Pero no sólo se estima el número de posibles decesos, sino también afirma que se darán un total de 700.000 accidentes con más de 850.000 lesionados de diversa gravedad.
Por último, el estudio especifica por orden que las comunidades autónomas con más siniestralidad son Madrid, Extremadura y Castilla y León, mientras que las que menos siniestros presentan son Asturias, Aragón y, en último lugar, Canarias. Del total de encuestados, el 9% afirma haber sufrido un accidente o una caída en su trayecto sobre patinete o bicicleta eléctrica.