Dos años han pasado desde que Xiaomi mostró su intención de fabricar y vender coches eléctricos. Además de teléfonos y todo tipo de dispositivos electrónicos (y no electrónicos), Xiaomi se ha puesto a la cabeza en vehículos de movilidad personal, sobre todo patinetes eléctricos, a los que une bicicletas y scooters. Pero ahora quiere más y, con este anuncio, abordaba un sector más complejo, el de los coches eléctricos, en el que parece que, finalmente, va a entrar por la puerta grande.
En China, planes como este de Xiaomi necesitan obtener el visto bueno del Gobierno antes de que pueda comenzar la producción. Esa aprobación ha sido difícil de conseguir para Xiaomi. Hace un año se conocían los problemas a los que se enfrentaba el gigante chino para obtener la licencia y contar con la aprobación de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo de China (NRDC).
Este estamento tiene la misión de regular las nuevas inversiones en la industria del automóvil que se presentan en su país y examina cada propuesta para descartar proyectos débiles y que, probablemente, fracasen. Una situación que, en China, es cada vez más posible ante una acumulación de nuevas empresas en el sector, fruto de una creciente oferta de vehículos eléctricos y una desaceleración de la demanda.
Según Reuters, la propuesta de Xiaomi es sólo la cuarta de su tipo en obtener el sello de aprobación de la NDRC en casi seis años, algo que, por ejemplo, la estadounidense Lucid aún no ha logrado.
Sin embargo, hay un obstáculo regulatorio más que el proyecto debe superar: obtener la luz verde final del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT). Este revisa los modelos nuevos para asegurarse de que cumplan con los estándares tecnológicos y de seguridad establecidos y, cuando termina, publica cuidadosamente las imágenes y los detalles técnicos en su web. Esta manera de trabajar se ha convertido en una fuente de filtraciones de los coches eléctricos chinos antes que los fabricantes de automóviles los presenten de manera oficial.
En el caso de Xiaomi no ha sido necesario esperar al MIIT. Las imágenes filtradas a principios de este año mostraban el MS11 de Xiaomi, una berlina estilo cupé de cuatro puertas que mostraba un sensor LiDAR montado en el techo que le debe permitir funciones de conducción autónoma avanzada.
Xiaomi invertirá 10.000 millones de dólares durante la próxima década en proyectos relacionados con vehículos eléctricos. Ya ha puesto en marcha una nueva fábrica en Pekín con una capacidad de producción de 200.000 unidades anuales cuando alcance su ritmo de producción. Según Reuters, la fábrica arrancará con la mitad de esa capacidad, 100.000 vehículos anuales en 2024, su primer año de funcionamiento.