La empresa de alquiler de vehículos Hertz ha presentado una declaración voluntaria de suspensión de pagos como consecuencia del impacto del coronavirus en su negocio y después de no haber podido llevar a cabo una reestructuración de su deuda.
Hertz ha optado por acogerse a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos para algunas de sus filiales tanto en Estados Unidos como en Canadá, aunque asegura que cuenta con 1.000 millones de dólares (917 millones de euros al cambio actual) de liquidez para continuar con sus operaciones actuales.
La compañía no ha tenido más remedio que optar por esta medida después de que este viernes venciese la ampliación del plazo otorgada por las entidades acreedoras para alcanzar un acuerdo en relación con una reestructuración de su deuda y evitar, de esta forma, la bancarrota.
La multinacional, con sede en el Estado de Florida, explicó que se ha visto abocada a esta situación por el impacto "repentino y dramático" que ha tenido la crisis del coronavirus sobre la demanda de vehículos de alquiler, lo que ha motivado una "abrupta" reducción en sus ingresos y en las reservas.
Hertz recordó que tomó de inmediato medidas para proteger la salud de sus empleados y clientes, al tiempo que reforzó su liquidez. No obstante, indicó que la incertidumbre sobre cuándo se recuperarán las ventas y en relación con la reapertura del mercado de vehículos usados ha motivado que la compañía haya tenido que declararse en suspensión de pagos.
"La reorganización financiera proporcionará a Hertz un camino hacia una estructura financiera más sólida que mejore la posición de la compañía de cara al futuro a medida que navega en lo que podría ser un viaje prolongado hacia la recuperación económica global", explicó la multinacional estadounidense.
Las operaciones internacionales no están afectadas
Por otro lado, la empresa indicó que la declaración de suspensión de pagos solo engloba a sus filiales en Estados Unidos y Canadá, por lo que sus principales regiones operativas, entre las que se incluyen Europa, Australia y Nueva Zelanda, no están afectadas.
Asimismo, Hertz señaló que las franquicias que no son propiedad de la empresa tampoco están incluidas en el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, al tiempo que confirmó que todos sus negocios siguen operando y ofreciendo servicio a los clientes.
De esta forma, las firmas Hertz, Dollar, Thrifty, Firefly, Hertz Car Sales y Donlen siguen trabajando y confirmó que las reservas de vehículos, así como los descuentos y los programas de fidelización siguen su curso habitual.
Ante esta situación, el presidente y consejero delegado de la corporación, Paul Stone, afirmó que Hertz cuenta con un siglo de historia y recordó que la entidad inició el año actual con cifras "sólidas" de facturación.
"Con la gravedad del impacto de Covid-19 en nuestro negocio y la incertidumbre de cuándo se recuperará el turismo y la economía, necesitamos tomar medidas adicionales para capear una recuperación potencialmente prolongada", señaló Stone.
Además, apuntó que la declaración de suspensión de pagos protegerá el negocio y permitirá continuar con las operaciones de la compañía, ofreciendo servicio a los clientes, mientras dispone de tiempo para establecer una base financiera sólida para el futuro y para superar la pandemia del coronavirus.
La empresa de alquiler de vehículos anunció a finales del pasado mes de abril el despido de aproximadamente 10.000 empleados en Norteamérica, debido a las consecuencias que la pandemia mundial de coronavirus está provocando en su negocio.
Hertz, que sustituyó a su presidenta y consejera delegada, Kathryn V. Marinello, hace menos de una semana, registró unas pérdidas netas atribuidas de 356 millones de dólares (329 millones de euros) durante el primer trimestre de este año, lo que supone más que duplicar sus 'números rojos' en comparación con los 147 millones de dólares (135,8 millones de euros) que perdió en el mismo periodo de 2019.