Europa le da la última oportunidad al diésel y a la gasolina, antes de que el motor eléctrico los haga desaparecer

La Unión Europea ha propuesto nuevas reglas para la Euro 7 que darán el último impulso a los vehículos de combustión antes de que desaparezcan en 2035.

 La nueva propuesta de la Unión Europea para la Euro 7 provoca división en la industria automovilística.
La nueva propuesta de la Unión Europea para la Euro 7 provoca división en la industria automovilística.
11/11/2022 09:27
Actualizado a 11/11/2022 17:22

La Unión Europea propuso el pasado jueves las nuevas reglas de emisiones que incluirá en la normativa Euro 7 y que le pondrán las cosas difíciles a la última generación de motores de combustión que se usen en el Viejo Continente. Una medida destinada a reducir sobre todo la contaminación generada por las partículas finas, que son las más perjudiciales para los habitantes de las ciudades. 

Los óxidos nitrosos pueden dañar el tracto respiratorio humano provocando infecciones pulmonares y asma y causar, potencialmente, enfermedades pulmonares crónicas. Las nuevas reglas para la llamada generación de motores Euro 7 reducirá en aproximadamente una cuarta parte la cantidad de óxido nitroso que pueden emitir los motores diésel. La norma modifica el límite de la Euro 6 que situaba esta cantidad en 80 miligramos por kilómetro recorrido para igualar el límite al de los motores de gasolina que es de 60 miligramos por cada kilómetro recorrido y que para estos permanece inalterado.

"El transporte por carretera es la mayor fuente de contaminación del aire en las ciudades", escribe la UE en su comunicado de prensa. Las nuevas regulaciones conducirán a reducir en una tercera parte el óxido nitroso emitido en 2035 de lo que permiten las reglas actuales. "Los nuevos estándares Euro 7 garantizarán vehículos más limpios en nuestras carreteras y mejorarán la calidad del aire, protegiendo la salud de nuestros ciudadanos y el medio ambiente".

Las reglas propuestas también establecen límites para las emisiones de partículas de los frenos y neumáticos que también se aplicarán a los vehículos eléctricos. Los estudios han demostrado que el desgaste de los frenos es una de las mayores fuentes de emisiones de partículas en las zonas urbanas.

Reacciones en contra, pero también a favor: la industria se divide

La adopción de estas nuevas reglas, que requiere la aprobación de los estados miembros y el Parlamento Europeo, se ha retrasado varias veces por disputas sobre su contenido. Los ejecutivos de diferentes grupos automovilísticos han criticado las intenciones de la UE. Entre ellos, Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha argumentado que los últimos pasos representan cargas innecesarias para la industria automotriz y retrasarán el cambio del sector hacia su electrificación.

Esta nueva propuesta ha provocado una reacción diferente entre los grupos de presión y los fabricantes de automóviles. Ford, que se ha dividido en dos divisiones internas, Ford Blue para automóviles tradicionales con motor de combustión y Ford-e para vehículos eléctricos, afirma que la regulación propuesta "tiene el potencial de socavar el gran progreso que ha logrado Europa en el cambio a la movilidad eléctrica; no deberíamos desviar recursos a la tecnología de ayer e invertir en cero emisiones". El objetivo de Ford es alcanzar las cero emisiones para 2030 en todos sus vehículos de pasajeros y para la totalidad en 2035.

A través de su grupo de presión, ACEA, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles, asegura que el beneficio ambiental de la propuesta para la Euro 7 es muy limitado en comparación con el aumento del costo de los vehículos. Calificó las fechas de implementación propuestas (julio de 2025 para automóviles y julio de 2027 para camiones pesados) ​​como "poco realistas, dada la gran cantidad de modelos y variantes de vehículos que deben desarrollarse, diseñarse, probarse y aprobarse antes de esa fecha". 

El grupo de defensa del medioambiente Transport & Environment, cree que los nuevos estándares propuestos son "sorprendentemente débiles" y que la Comisión Europea "se puso del lado de los grupos de presión de los fabricantes en un movimiento que 'pintará' de verde 100 millones de automóviles altamente contaminantes vendidos en la década hasta 2035".

Por otro lado, los partidarios de las nuevas reglas argumentan que algunos vehículos que saldrán a la venta entre 2025 y 2035 formarán parte del mercado de segunda mano y circularán por las carreteras durante décadas. Argumentan que estas estrictas reglas sobre la contaminación por partículas podrían terminar salvando miles de vidas.

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