Los coches eléctricos chinos ya están en los desguaces: "su red de distribución ha mejorado notablemente"

La llegada de coches eléctricos chinos plantea nuevos retos y oportunidades para el sector de los recambios. Los expertos señalan que el número de piezas recuperables es similar a los de combustión.

MG ZS
La llegada de estos vehículos a los desguaces marca un nuevo capítulo para la economía circular.
26/04/2025 07:15
Actualizado a 26/04/2025 07:15

Ver un coche chino por la carretera ya es algo habitual. Después de meses en los que son muchos los fabricantes asiáticos que han desembarcado en España con un gran arsenal de novedades, podemos decir que ya se han consolidado como una estampa más. "La presencia de modelos chinos en los centros de tratamiento de vehículos es el indicio definitivo de que han pasado a formar parte del ciclo completo de vida dentro del parque automovilístico en nuestro país", explica Marc Cuñat, responsable de recambios de Recomotor.

La señal es clara. Modelos, por ejemplo, de marcas como BYD ya están llegando a los desguaces. Una gran noticia para el sector porque su llegada plantea nuevos retos y oportunidades para el sector de los recambios, el mantenimiento y la economía circular, llegando a adaptarse a los cambios en el tratamiento de los coches eléctricos.

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Hemos tenido que adaptarnos a componentes como el motor eléctrico y la batería.

"Hay piezas que pueden llegar en tan solo 24 horas"

“En cuanto a los vehículos eléctricos, el número de piezas recuperables es bastante similar al de los coches de combustión”, señala Cuñat, que añade que “muchas de ellas, como la carrocería, la suspensión o los interiores, se revisan de la misma manera. Sin embargo, en lo referente a componentes claves como el motor eléctrico y la batería de alto voltaje, hemos tenido que adaptarnos y adquirir sistemas de diagnosis específicos”.

Estas marcas asiáticas han mejorado notablemente su red de distribución en Europa, especialmente, para piezas de alta rotación, que pueden llegar en tan solo 24 horas, pero hay componentes menos comunes como cabeceras de asiento o partes de chasis, que presentan tiempos de entrega que suelen superar las tres semanas. “Esto complica aún más la viabilidad de muchas reparaciones, ya que el coste del vehículo siniestrado puede acercarse rápidamente al valor venal si los plazos se alargan y la disponibilidad de piezas no está garantizada”, advierte Cuñat.

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Las marcas chinas ya son un habitual en nuestras carreteras.

Lo que está claro es que la llegada de estos vehículos a los desguaces marca un nuevo capítulo para la economía circular del automóvil. Adaptarse a los nuevos modelos, diagnosticar sus componentes y asegurar la disponibilidad de recambios se convierte en una prioridad para seguir avanzando hacia una automoción más sostenible y eficiente.

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