Casi la mitad de los autobuses en las carreteras de todo el mundo serán eléctricos dentro de siete años, y se espera que China domine el mercado global, gracias a los esfuerzos del gobierno por reducir la contaminación urbana y apoyar a los fabricantes nacionales.
Se espera que la cantidad de autobuses eléctricos se triplique en la próxima década, de 386.000 el año pasado a 1.2 millones de unidades en 2025, equivalente al 47% de la flota mundial de autobuses urbanos, según un informe de Bloomberg New Energy Finance. "China liderará este mercado, debido al fuerte apoyo interno y los ambiciosos objetivos del gobierno", escribió Aleksandra O'Donovan, analista de BNEF y autora del informe. Para el año 2025, según el estudio, China tendrá el 99% de los autobuses a batería del mundo. Esa tendencia ha comenzado: la ciudad china de Shenzhen anunció a inicios de este año la electrificación completa de su flota con más de 16.000 autobuses eléctricos, prestando servicios en una región con más de 12 millones de habitantes.
China ha establecido objetivos agresivos de despliegue de autobuses de energía limpia. BYD, el mayor vendedor de vehículos eléctricos en China y respaldado por el inversionista Warren Buffett, está bien posicionada para aprovechar el impulso del gobierno. El año pasado, BYD vendió en China 100.183 vehículos de nueva energía, una categoría que incluye electricidad pura e híbridos, y los autobuses de la compañía ahora operan en 200 ciudades de todo el mundo.
Los autobuses eléctricos siguen siendo más costosos que los alimentados por diésel, pero BNEF determinó que los autobuses a batería ya pueden ofrecer un menor coste total de propiedad cuando se consideran los gastos de combustible y mantenimiento. Las disminuciones proyectadas en los precios de las baterías harán que los costes de algunos autobuses eléctricos compitan con las versiones de diésel para el año 2026.
Los autobuses públicos son una parte clave de la infraestructura de tránsito urbano, y el hecho de que operen en rutas fijas los hace ideales para la electrificación. Muchas ciudades ven a los autobuses eléctricos como una forma de reducir la contaminación local, incluyendo París y Ámsterdam, que han establecido objetivos para cambiar a autobuses de cero emisiones en los próximos años. A principios de esta semana, los alcaldes de algunas de las ciudades más grandes de California, incluidas Los Ángeles y San José, instaron al regulador ambiental del estado a establecer incentivos y requisitos para impulsar un cambio hacia los autobuses eléctricos.