Los reguladores de la calidad del aire de California, a través de la Junta de Recursos del Aire de California (CARB, por sus siglas en inglés), aprobaron el pasado viernes que a partir de 2029 todos los nuevos autobuses que se adquieran para dar servicio en el estado deberán ser completamente eléctricos. El resultado de la votación fue unánime: llegado el año 2029 no se podrán matricular autobuses que no sean de cero emisiones, lo que incluye vehículos eléctricos de baterías y eléctricos de pila de combustible, pero ningún tipo de híbrido. El objetivo de la medida es que para el año 2040 la flota de transporte público de California esté completamente libre de emisiones.
Según los datos de CARB, las emisiones procedentes del sector del transporte suponen cerca del 40% de los gases responsables del cambio climático, así como el 80 o 90% de las partículas de smog que generan una boina tóxica sobre las ciudades. La Junta espera reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 19 millones de toneladas, eliminar 7.000 toneladas de óxido de nitrógeno provenientes de los tubos de escape de los vehículos de combustión y evitar otras 40 toneladas de partículas suspendidas entre 2020 y 2050. La institución asegura que estas cifras son el equivalente a retirar 4 millones de vehículos con motor de combustión de las carreteras.
"Esta iniciativa ayudará a modernizar los motores de los camiones pesados, mejorando su eficiencia y proporcionando un aire más limpio para todos los estadounidenses", dijo el administrador en funciones de la EPA, Andrew Wheeler. "No tenemos petición alguna por parte de los tribunales para lanzar esta iniciativa, lo estamos haciendo porque es bueno para el medio ambiente", agregó en declaraciones a Los Ángeles Times. Según el portavoz de la Junta de Recursos del Aire, Stanley Young, la contaminación por óxido de nitrógeno proveniente de los camiones pesados "es un gran problema", tanto como precursor del ozono y partículas finas, como de gases de efecto invernadero.