Ocean Infinity está en plena transición hacia maneras sustentables de navegación y contrató al astillero GMV (Grovfjord Mek. Verkste) para construir una flota inicial de 11 buques autónomos de exploración marina y con propulsión diésel-eléctrica. Los primeros 4 serán entregados a fines de este año.
Dan Hook, Director Gerente de Ocean Infinity, compañía estadounidense que lidera en el mundo en exploración marina robótica, destaca: "Estamos por delante del resto del mundo en cuanto a nuestros compromisos y ambiciones de prestar servicios marítimos de bajo impacto ambiental. Pasamos mucho tiempo decidiendo quién va a construir nuestros buques. Lo mismo pasó con esta flota que llamamos Armada. Nos entusiasmó saber que íbamos a trabajar con el astillero noruego GMV (Grotfjord Mek Verksted), que tiene muchos años de experiencia en la construcción de buques altamente eficientes para operaciones en las condiciones más duras".
Motores y generadores
GMV construye sus propios diseños, en estrecha colaboración con sus clientes. Cuenta con un gran departamento de diseño eléctrico con experiencia en la tecnología de las baterías y el desarrollo de sistemas propios de control, que permiten desarrollar y ofrecer soluciones ecológicas.
Para los motores se recurrió a los de velocidad variable D8 MH diésel de la sueca Volvo Penta, que alimentarán los grupos electrógenos a bordo. El motor D8 es una combinación perfecta para las embarcaciones autónomas debido a su tamaño compacto y a su alta relación peso/potencia. Además, el bajo consumo de combustible del motor ayudará a reducir las emisiones de dióxido de carbono.
“Este contrato es una fantástica oportunidad para nosotros. El hecho de que Ocean Infinity haya decidido asociarse con nosotros es un gran honor y pone de manifiesto que nuestro enfoque en el desarrollo del diseño y la tecnología, en los últimos años, ha sido acertado”, afirmó el CEO de GMV, Bård Meek-Hansen.
GMV, en 2017, diseñó y construyó, por ejemplo, el primer barco de pesca del mundo impulsado por baterías, el GMV Zero.
Los ROVs
Las naves robotizadas Armada tendrán dos dimensiones, de 21 metros y de 37 metros y serán capaces de realizar viajes transoceánicos, totalmente autónomos, sin tripulación.
Tendrán un ROV, un dron subacuático operado a través de satélites monitoreados desde centros de control en Texas, Estados Unidos y Southampton, Inglaterra.
Éstos robots subacuáticos están equipados con diferentes tipos de sonares, radares y cámaras fotográficas de alta definición y son capaces da trabajar en profundidad, a una velocidad de 4,5 nds, que le permite enviar directamente imágenes que para realizar un mapeo de alta precisión del fondo marino utilizable en diferentes trabajos de investigación, cableado, búsqueda, etc.
Hasta ahora, los ROVs dependían su accionar de buques de investigación tripulados como el que en 2018 halló el submarino argentinos Aras San Juan, a 800 metros de profundidad en el Mar Argentino, tras un año de infructuosa búsqueda por otros métodos.
Estas nuevas tecnologías ayudarán a lograr el compromiso de comunidades marítimas y científicas de cartografiar todo el suelo oceánico de la Tierra para el año 2030. Una flota de robots oceánicos brinda buenos augurios para el futuro trabajo.