La industria náutica es una de las que más retos plantea en términos energéticos a la hora de implantar tecnología eléctrica en los sistemas de propulsión, pero la solución que ha propuesto VPLP Design con el Seaffinity parece tener la salida idónea, pues se trata un barco eléctrico de pila de hidrógeno inspirado en el diseño de aves marinas.
Tiene 45 metros de eslora (largo) y 16 metros de manga máxima (ancho) por lo que por sus dimensiones no destacan especialmente en comparación con otros barcos de concepto similar. En cambio lo que sí resulta más peculiar sobre él es que pare resultar más eficiente recurre a unas enormes velas que desplegadas ocupan una superficie de 819 metros cuadrados (cada una), y que se articula en torno a la filosofía de un trimarán; un barco con tres cascos distintos.
Su cuerpo está fabricado en aluminio y diseñado pensando en la fisionomía de las aves marinas, más concretamente en las gaviotas. Es por ello que el tamaño de sus velas y su diseño el Seaffinity se desmarca casi por completo del diseño visto hasta ahora en la mayoría de yates de lujo. Además, por su eficiente planteamiento está pensado para satisfacer la incipiente demanda de los bolsillos a los que ya no sólo les atrae el lujo, sino también la sostenibilidad.
Seaffinity, de VLPL Design.
A pesar de lo prometedor y lógico del concepto, en estos momentos no se trata más que de un modelo conceptual que la empresa quiere llevar a cabo. Es por esto mismo por lo que su esquema técnico no goza de ninguna especificación, así como tampoco han dado a conocer cifra de autonomía alguna (aunque sí comentan que podrá funcionar de manera parcialmente autónoma).
No obstante, su funcionamiento sería igual que el de un coche por pila de hidrógeno convencional; el hidrógeno se reposta de la misma manera que el un combustible tradicional, y después la pila de hidrógeno se encarga de hacer la conversión para extraer la energía eléctrica. Ésta se puede destinar directamente al motor o desviar a un paquete de baterías.
Sobre su estilo interior sus diseñadores comentan que "el ambiente es más importante que la decoración", de hecho su paleta de colores está reducida adrede, aunque su simplicidad a bordo no quita que pueda albergar a diez pasajeros con todo lujo de detalles. Tiene capacidad para diez viajeros entre los que se ha de incluir a la tripulación.
Cada vela tiene una superficie de 816 metros cuadrados y se despliegan a lo alto de un mástil de 36 metros de alto.
Comenta VLPL sobre el Seafinnity: "Iniciamos este proyecto con nuestro deseo de satisfacer las expectativas de nuevos clientes que no se sienten atraídos por una oferta de yates tradicionales, ya que contaminan demasiado. Además, queríamos ofrecerles nuestra visión de un nuevo concepto de barco, más en armonía con la naturaleza y el medio ambiente. Estas nuevas generaciones de clientes están diseñando el futuro al traer sistemas donde el usuario tiene fácil acceso a la tecnología. La sensación de facilidad de uso es fundamental y da paso al placer y la envidia."