El reparto de última milla, aquel que se refiere sobre todo a pequeña paquetería ligera que se entrega en el centro y en los aledaños de las grandes ciudades se confía en casi su totalidad a las pequeñas furgonetas que, en algunos casos, son eléctricas. Sin embargo, este trono que hasta ahora parecía indiscutible se verá amenazado en los próximos años por un vehículo que hasta ahora no se había observado como competidor: las bicicletas eléctricas de carga que según un informe son un 60% más rápidas realizando este trabajo que las furgonetas.
En esencia, las bicicletas eléctricas de carga son similares al resto de modelos que habitualmente se utilizan para el ocio o para los desplazamientos urbanos. Cuentan con un motor eléctrico que asiste al pedaleo y una batería que lo alimenta, de manera que el ciclista tiene que realizar un esfuerzo muy inferior para moverse.
Sin embargo, sí hay una diferencia esencial en este tipo de vehículos: su cuadro. Cuentan con diferentes formatos, según cada fabricante y uso, pero en común tienen que están formados por barras más largas y resistentes para habilitar huecos donde poner la carga y soportarla. La gran cantidad de accesorios que pueden montarse sobre ellas permiten transportar desde objetos voluminosos y pesados, pasando por paquetería ligera, hasta poner asientos para que viajen más personas (sobre todo niños). También puede existir una diferencia mecánica en la capacidad o número de baterías disponibles, de manera que pueda asegurarse que pueden cubrir sin problemas sus turnos de trabajo.
Las bicicletas eléctricas de carga pueden tener diferentes formatos. En todos ellos el cuadro está adaptado para poder incluir una caja para objetos o asientos para pasajeros o animales.
Para comparar su eficiencia con la de las furgonetas, un estudio elaborado por la Active Travel Academy se ha servido de los datos GPS de la empresa británica de bicicletas de carga Pedal Me que opera en un radio 14,5 kilómetros (9 millas) alrededor del centro de Londres. Los investigadores trabajaron con los datos de 100 días elegidos al azar. Sus conclusiones ponen de manifiesto la importancia que en un futuro no muy lejano van a tomar estos vehículos en el transporte urbano. Después de recabar una gran cantidad de datos, analizarlos y compararlos con los mismos datos tomados de las furgonetas, la conclusión es que las bicicletas eléctricas de carga realizan las entregas un 60% más rápido que estas.
Las furgonetas de reparto tienen su mayor ventaja en su tamaño, que permite transportar más paquetes. Pero tienen su mayor desventaja en su ineficiencia. El estudio encontró que, en una hora, las bicicletas eléctricas de carga son capaces de realizar 10 entregas de promedio en las áreas urbanas, mientras que las furgonetas de reparto tan solo lograban realizar seis entregas.
El estudio analiza los factores principales que elevan la frecuencia media de entrega de las bicicletas eléctricas. En primer indica la facilidad para evitar las congestiones de tráfico. Pueden modificar el recorrido utilizando vías cerradas al tráfico y llegar con facilidad hasta la puerta de los clientes sin necesidad de aparcar. El tamaño de una furgoneta le obliga a permanecer mucho tiempo parado, y además debe buscar un estacionamiento correcto, que no moleste al resto de los vehículos de la vía ni a los peatones cada vez que realiza una entrega. Un hecho que se ve todavía más favorecido por la posibilidad de uso de los carriles específicos para bicicletas aunque este aspecto es muy específico del lugar en el que se realiza el estudio.
Hay además un segundo aspecto que favorece a las bicicletas eléctricas de carga, que es su sostenibilidad, puesto que realizan el trabajo sin emisiones, de manera limpia y sin realizar ningún ruido. Los investigadores descubrieron que las bicicletas de carga ahorraron casi cuatro toneladas de CO2 durante el período de la prueba, incluso teniendo en cuenta la comida que consumían los ciclistas.
La facilidad para evitar los atascos y la posibilidad de llegar hasta la puerta de los clientes sin necesidad de aparcar hace que las bicicletas eléctricas sean más eficientes que las furgonetas.
En comparación con las furgonetas que emplean diésel, las bicicletas eléctricas de carga reducen las emisiones en un 90%, pero incluso comparadas con las furgonetas eléctricas, la reducción de emisiones es de un 30%, considerando, en principio el uso energético necesario para la recarga de las baterías, puesto que el informe no indica que este cálculo se haya realizado teniendo en cuenta la fabricación y el reciclaje de los vehículos y sus baterías. Es decir, aunque la electrificación de las flotas de reparto se está convirtiendo en una necesidad para estas empresas, su eficiencia y emisiones no pueden competir con las bicicletas eléctricas de carga.
Según los datos de mercado, las entregas a domicilio se han disparado en los últimos años, impulsadas sobre todo por el incremento de las compras por internet y la pandemia de coronavirus. El informe indica que estos beneficios no son solo específicos de Londres ya que estima que las 100.000 bicicletas de carga vendidas en Europa entre 2018 y 2020 "ahorran, cada mes, la misma cantidad de CO2 que la necesaria para transportar a unas 24.000 personas de Londres a Nueva York y viceversa".
Otra investigación realizada por la Revista europea de investigación sobre el transporte demostró que las bicicletas de carga son más rentables que las furgonetas cuando las distancias de entrega y el tamaño de los paquetes son pequeños.