Como es habitual, de manera casi diaria damos fe de la presentación, del lanzamiento, de la llegada a España o nos percatamos de la existencia de alguna nueva bicicleta eléctrica. Bien es cierto que con la fisionomía de una bicicleta eléctrica y con tanto lanzamiento, se corre el peligro de caer en convencionalismos y que apenas haya diferencias entre todas. No obstante, bicicletas eléctricas como la Urtopia que nos ocupan hoy bien merecen ser tratadas por ciertas cualidades.
Se trata de una bicicleta eléctrica que aún no ha sido lanzada al mercado y de la que aún no tenemos precio así como una lista de países a los que vaya destinada, pero en base a sus especificaciones se adapta a la normativa europea, por lo que potencialmente se podrá comprar desde nuestro país.
En base a sus características técnicas, la Urtopia se ubica dentro del nicho de mercado que conforman las bicicletas eléctricas para ciudad, pero se permite el lujo de dar un paso hacia las deportivas mientras que pone un pie dentro de las urbanas, pues se antoja también como una perfecta bicicleta eléctrica de tipo commuter con la que afrontar de manera diaria recorridos en un entorno urbano para acudir a nuestro puesto de trabajo, estudios o resolver otras tareas.
Urtopia.
Los argumentos de ventas se reducen a dos en esencia. El primero de ellos es que tanto su horquilla delantera como su cuadro están compuestos en fibra de carbono, un material noble sólo apto para aquellos dispuestos a desembolsar algo más, y esto se traduce directamente en un segundo motivo de compra, pues el peso total de la Urtopia es de tan sólo 13 kilos.
Esto supone una rebaja notable con respecto a otras bicicletas eléctricas de corte urbano entre 4 y 10 kilos, y si bien es cierto que pedaleando durante la marcha, y gracias a su asistencia eléctrica al pedaleo, no se trata de una ventaja determinante, sí que cuando tengamos que bajarnos de ella y manejarla en estaciones de metro o tren o subir por escaleras se agradece la rebaja.
El esquema eléctrico de la Urtopia queda en manos de un motor eléctrico de 250 W apostado en el buje de la rueda trasera, y se alimenta de una batería de iones de litio cuya capacidad es de 360 Wh. Se trata de una cifra comedida pero habitual e incluso ligeramente superior a los habituales 252 Wh de bicicletas que tienen como objetivo ser ligeras. Está compuesta por celdas fabricadas por LG.
Gracias a su batería y ligereza sus responsables prometen una autonomía con una carga completa que oscilará entre un mínimo de 50 kilómetros y de 100 en el mejor de los casos.
Manillar con pantalla integrada de la Urtopia.
La simplicidad es clave también en su transmisión, pues como se está convirtiendo en norma en modelos que buscan combinar fiabilidad y ligereza, es Gates el que dota a la Urtopia de una correa de carbono y un sensor de par en lugar de una transmisión de piñones y platos tradicional. Los responsables de la Urtopia prometen una vida útil de 30.000 kilómetros para la correa dentada, una vida probablemente mayor a la de propia bicicleta eléctrica.
La faceta tecnológica de la Urtopia queda marcada por su manillar, en cuya potencia encontramos un panel integrado que es capaz de reflejar direcciones para el GPS, velocidad, carga y demás datos básicos sobre la bicicleta. Por supuesto la bici goza de 4G y conectividad con Android y iOS a través de una aplicación.
Aplicación para móviles de la Urtopia.
Así pues, queda saber a través de qué canales se lanzará la Urtopia al mercado y saber el precio de la misma, aunque sabiendo el despliegue de tecnología y su composición en fibra de carbono difícilmente bajará la barrera de los 2.000 euros.
