California es una de las regiones del mundo más avanzadas en materia de normativas anti contaminación, y acaba de dar un paso más para seguir mejorando la calidad del aire de su Estado. Los reguladores de California han aprobado nuevas medidas para adoptar cambios de gran calado en camiones y furgonetas, que pronto deberán ser eléctricos de batería o de hidrógeno.
Las medidas serán graduales y empezarán a entrar en vigor en 2024. Cubren una amplia gama de segmentos, desde pick-up medianas hasta cabezas tractoras de camiones, pasando por furgonetas de reparto. En un comunicado emitido recientemente, el gobernador Gavin Newsom dijo: «California está nuevamente liderando la nación en la lucha por hacer nuestro aire más limpio, convirtiéndose en el primer lugar en el mundo en exigir camiones con cero emisiones para 2045».
Las pautas aprobadas el pasado jueves contemplan que al menos el 40 por ciento de camiones tráiler (las cabezas tractoras) vendidos en California deberán ser 'cero emisiones' para 2024, ya sean eléctricos de baterías o de hidrógeno. Por su parte, las pick-up de tamaño medio como la Ford F-250 o la Chevrolet Silverado HD estarán obligadas a tener un 55 por ciento de sus ventas con versiones eléctricas para 2035.
También para el año 2035, el 75 por ciento de los camiones y furgonetas de reparto tendrán que moverse con alguna tecnología 'cero emisiones'. Para ese año, el cien por cien de las flotas de vehículos gubernamentales y los vehículos de reparto de último kilómetro (o última milla) tendrían que ser eléctricos.
El impulso de California para reducir las emisiones de los camiones, furgonetas y pick-ups podría estimular (más aún) la aparición de nuevos fabricantes. A los fabricantes ya establecidos, entre ellos Tesla, en los últimos años se han sumado compañías como Nikola Motors (que está produciendo camiones impulsados por hidrógeno) o Rivian (que tiene un contrato con Amazon para la venta de 100.000 furgonetas eléctricas de reparto).
Otras nuevas compañías que podrían beneficiarse de las nuevas regulaciones de California sobre vehículos eléctricos incluyen a Bollinger, con sede en Detroit, y Lordstown Motors, que tiene previsto construir pick-up eléctricas en una antigua fábrica de General Motors.
A eso hay que añadir la proliferación de modelos totalmente eléctricos entre los fabricantes tradicionales: General Motors ya ha anunciado sus planes para fabricar furgonetas de reparto eléctricas, además de una pick-up totalmente eléctrica bajo la marca Hummer que se presentará en 2021. Freightliner, subsidiaria de Daimler AG, también tiene ya una furgonetas y camiones eléctricos, y vienen más de camino. Toyota, por su parte, se ha asociado con Kenworth para desarrollar camiones propulsados por hidrógeno, y está previsto que los primeros modelos de producción lleguen a finales de esta década.
Opiniones enfrentadas en el sector
Sobre estas nuevas medidas para el aumento de los vehículos eléctricos, Mary Nichols, presidenta de CARB (la Junta de Recursos del Aire de California), se pronunció al respecto diciendo: «Es la única forma en que creemos que podemos lograr un progreso significativo en los problemas más difíciles de contaminación del aire».
Sin embargo, otros actores de la industria son mucho más escépticos. Jed Mandel, presidente de la Asociación de Fabricantes de Camiones y Motores, advirtió que había una «serie de razones» por las cuales los camiones eléctricos y de hidrógeno no son la respuesta: «Cuestan más que los camiones de combustible tradicionales, no hay infraestructura de carga y desarrollar una es muy costosa».
Andy Schwartz, asesor de Tesla respondió diciendo que la infraestructura de recarga «puede ser y será construida». El pasado viernes, Electrify America (creada por Volkswagen) anunció que había completado la primera de sus dos redes de cargadores que cruzará Estados Unidos, que abarca 4.340 kilómetros y atraviesa 11 estados.