El transporte de mercancías por carretera cambiará en los próximos años igual que lo está haciendo el transporte personal. Los camiones eléctricos son la principal apuesta de las marcas, las empresas y los gobiernos. Sus ventajas son inigualables, y aunque los costes a día de hoy son superiores, un estudio afirma que en poco más de una década serán igual de competitivos que los camiones diésel. Un estudio realizado por el propio Departamento de Energía de los Estados Unidos.
No es extraño que se sucedan las noticias del lanzamiento de un nuevo camión eléctrico o una nueva tecnología que acelere la llegada del transporte de mercancías sostenible. Si bien la logística de última milla ya ha dado el paso a la transformación, los mayores problemas surgen de los vehículos de tamaño medio y pesado. En esos casos la transición está siendo más lenta de lo esperado, aunque todo va a cambiar en unos pocos años.
La propia fuente gubernamental advierte que, gracias a las continuas mejoras en las tecnologías de baterías, recargas y motores, los vehículos cero emisiones pueden alcanzar la paridad de costes totales con los vehículos diésel en 2035, refiriéndose principalmente a los modelos de tamaño medio y pesado. También se especifica que esa fecha está asumida si no se producen incentivos en la industria, por lo que se puede acelerar la transición si se anima a las empresas a dar el salto a base de beneficios, ya sea en la compra o en la desgravación de impuestos.
De implementarse esas ayudas, el estudio desvela que para el 2030 las ventas de vehículos libres de emisiones podrían alcanzar el 42%. El estudio también reconoce que en un primer momento serán los vehículos medianos los que más interés tengan para las empresas, pues estima que los vehículos más pesados con un rango de autonomía por debajo de los 800 kilómetros no serán equitativos en costes hasta el 2035.
Aligerar las emisiones del transporte de mercancías por carretera es el objetivo de muchas empresas y autoridades. Aunque los vehículos pesados y medios apenas representan una mínima parte del tráfico total, son una de las fuentes principales de emisiones. El estudio advierte que los vehículos eléctricos no serán la única solución para el transporte, avisando que otros formatos también acabarán siendo rentables para las empresas.
Aunque sí se advierte que los camiones eléctricos serán la apuesta principal, en el mercado podremos encontrar unidades que apuesten por formatos alternativos como el hidrógeno. Se estima que en 2030 el 28% de las ventas corresponderán a vehículos eléctricos y el 2% a vehículos de hidrógeno. La progresión irá cambiando con el paso de los años, estimando unas ventas del 84% de camiones eléctricos y del 12% de camiones de hidrógeno para el 2050. Obviamente, para que esos datos se concreten muchas cosas deben cambiar, tanto en tecnología como en infraestructura de carga.