Como uno de los fabricantes líderes en materia de electrificación del automóvil, Nissan tiene por delante la posibilidad de ofrecer al mundo las primeras baterías de estado sólido capaces de duplicar la autonomía de los paquetes que incorporan los actuales vehículos eléctricos.
Han sido 17 años de desarrollo en materia de baterías, hasta que han dado con la clave para encontrar la solución, que no es otra que un componente de iones de litio, en el que el electrolito de la celda se encuentra en estado sólido, en lugar de líquido, como en las convencionales que encontramos en gran parte de los automóviles electrificados.
Las ventajas de las baterías de estado sólido de Nissan
Los retos han sido (y son) muchos, y todavía falta un tiempo para que veamos paquetes de baterías de estado sólido de Nissan en su catálogo de vehículos cero emisiones, pero se vislumbra un futuro próximo prometedor.
De hecho, el fabricante ya asegura que para 2028 estrenará este tipo de baterías y, si nadie se le adelanta, serán pioneros en ofrecer esta tecnología con una capacidad energética suficiente para ofrecer autonomías del doble que las actuales. Estaríamos hablando de más de 1.000 kilómetros por recarga en algunos casos.
Como sea, lo interesante también aquí es que lo están consiguiendo sin que el volumen del componente sea un problema, porque la realidad es que hablan de paquetes de un tamaño reducido a la mitad y de un ahorro de costes que será cada vez mayor, y especialmente bajo una vez que esté bien asentada dicha tecnología de baterías en la gama de Nissan.
Ya hace un tiempo que la marca prepara su ofensiva en materia de paquetes de estado sólido, pues en su momento enseñaron cómo trabajaban en sus instalaciones de Yokohama, donde pretenden cambiar el juego y el rumbo de la movilidad eléctrica.
Más autonomía, y también una carga más rápida
Y es que a todo lo anterior, hay que sumar otro beneficio, que es la posibilidad de hacer recargas en un tiempo inferior, pese a que estos componentes tiene potencial para ofrecer el doble de densidad energética que una con celdas en la que hay líquido.
Pero también hay que hablar de una fabricación menos costosa, porque los materiales a utilizar son más baratos y menos numerosos. Las celdas de la batería, a su vez, son algo más simples, pues en las de estado sólido, el propio electrolito hace las veces de separador entre el ánodo y el cátodo, que no se pueden tocar. En definitiva, menos piezas y una seguridad de funcionamiento que se promete mayor.
Nissan tiene previsto que para 2028, momento en el que arranquen comercialmente sus coches con baterías de estado sólido, el coste del kWh en sus paquetes será de 71 euros, para bajar a los 60 euros una vez que todo marche con normalidad, durante ese mismo ejercicio, según las previsiones más optimistas.
Esa tarifa, pondría a estos vehículos eléctricos emparejados con el coste que tiene producir un automóvil con mecánica de gasolina o diésel de un segmento y tamaño similares.