La unión entre Airbus y Linde para generar una industria aeronáutica movida gracias a uso general de pila de combustible de hidrógeno se ha hecho efectiva en los últimos días. Ambas compañías han firmado un memorando de entendimiento para trabajar de forma conjunta en el desarrollo de nuevas infraestructuras de repostaje de hidrógeno en todos los aeropuertos del mundo. La definición y puesta en marcha del proyecto esperan que sea posible mucho antes de lo esperado inicialmente.
Queda claro que el futuro de la automoción pasa por la electrificación total del parque móvil, lo cual ya es una realidad que se irá incrementando con el paso de los próximos años. En el caso de la aviación aún tiene mucho camino por recorrer, ya que la mayor parte de las compañías aeronáuticas se decantan por el empleo de la pila de combustible de hidrógeno, en lugar del uso de las baterías para el transporte de mercancías y pasajeros. Esto es debido principalmente a una mayor practicidad a la hora de repostar y a una autonomía de vuelo mucho más extensa sin el inconveniente de proveer a la aeronave de grandes y pesadas baterías.
Por ello, desde Airbus y Linde han acordado iniciar el proyecto para dotar de infraestructura de repostaje de hidrógeno a todos los aeropuertos del mundo. Dicha colaboración va desde la exposición del posible diseño de estos puestos de repostaje, hasta la cooperación con diversas compañías especializadas en otros ámbitos relativos a la misma consecución; también pasa por la producción y almacenamiento de dicho elemento en el propio aeropuerto. La idea de Airbus y Linde es ofrecer un asesoramiento en todos y cada uno de los aspectos, incluyendo la asistencia en tierra y las dotaciones de las que deberá contar el aeropuerto, servicios de emergencia o el propio avión.
El plan inicial de ambas compañías era presentar el proyecto "dentro de algunos años", sin embargo, ambas empresas han llegado a la conclusión de que este podría ser definido y puesto en marcha sobre algunos aeropuertos a partir de principios de 2023. No obstante, aunque esto llegue a hacerse una realidad en la fecha propuesta, desde Airbus aseguran que su propia aeronave movida por hidrógeno no estará lista para entrar en servicio operativo hasta, al menos, el año 2035.
Por el momento, ninguna de las dos compañías inmersas en el proyecto han dado detalles concretos sobre la tecnología de almacenamiento y abastecimiento de combustible que terminarán empleando. Entre otros muchos detalles aún por definir se encuentra qué tipo de hidrógeno se utilizará en su plan, ya que puede ser hidrógeno gaseoso a presión o hidrógeno líquido ultracongelado. Sin embargo, sus planes a futuro van más allá del uso de este, pues han asegurado que quieren analizar el potencial que tienen los "combustibles de conversión de energía en líquido" para las aeronaves futuras.
Desde la dirección de Airbus aseguran que el camino principal a recorrer a largo plazo está fijado por el hidrógeno, pues actualmente se encuentran trabajando en una mecánica cero emisiones de este tipo para uso comercial en 2035. Adicionalmente afirman que la construcción de una infraestructura adecuada es igual de crucial para la consecución de esta finalidad. Es por ello que su asociación con Linde se presenta del todo fundamental, ya que esta compañía posee años de experiencia y conocimiento sobre la distribución y almacenamiento del hidrógeno.