Durante la última década, la caída del precio de las baterías ha sido una tendencia constante e inamovible en la industria de los vehículos eléctricos. El desarrollo tecnológico y la economía de escala han permitido pasar de los 1.000 $/kWh de 2010 a los 141 $/kWh del año pasado. El indicador que ha sido realmente el motor que hacía viable la electrificación del automóvil, en el que confían todos los fabricantes, cambia ahora de tendencia por primera vez en los últimos 10 años poniendo en peligro sus planes económicos.
Las millonarias inversiones de los fabricantes para convertir su oferta de vehículos de combustión en eléctricos se basaba en la certeza inamovible de que el precio de las baterías continuaría descendiendo. El límite que los expertos consideraban clave para igualar el precio de venta de un coche eléctrico y de uno de combustión se situaba en los 100 $/kWh, al que el mercado se acercaba claramente y abría la puerta de los coches eléctricos asequibles.
Sin embargo, según la encuesta anual de precios de baterías de iones de litio de BloombergNEF (BNEF) esa tendencia se ha detenido este año. En 2022, por primera vez, muestra un aumento del 7 % en el precio promedio de los paquetes de baterías. Se trata de la primera vez que ocurre esto en la historia de esta encuesta. Este año también se ha reducido el margen de beneficio de los fabricantes de baterías, lo que indica que han absorbido parte del incremento del coste.
Son varios los factores que impulsan este cambio. El más importante es el aumento del coste de los materiales que las componen, principalmente el cobalto, el níquel y el litio. Si bien los precios de los dos primeros han descendido en los últimos meses, y el del litio se especula que puede estar a punto de cambiar, cada uno de ellos se mantiene por encima de los años anteriores. Este aumento se debe a la creciente demanda de baterías y al retraso de las entregas de las cadenas de suministro.
La entrada en el mercado de las baterías de litio ferrofosfato (LFP) ha permitido contener la subida del precio promedio. Esta tecnología, que no precisa ni de níquel ni de cobalto, está aumentando su participación en el mercado en los últimos tres años. BloombergNEF prevé que represente alrededor del 40 % de las ventas globales de vehículos eléctricos este año.
Precio promedio de las baterías
Para calcular el precio promedio de las baterías, BNEF recopiló datos de 200 empresas que compran y venden baterías para vehículos eléctricos de pasajeros, comerciales, autobuses y dedicadas al almacenamiento estacionario. La cifra final es un promedio ponderado por volumen, por lo que esconde importantes variaciones por región y aplicación que es importante explicar.
- Los precios más bajos que se registran se dan en las baterías dedicadas a autobuses eléctricos y vehículos comerciales en China: 131 $/kWh.
- El precio promedio para vehículos de pasajeros es de 138 $/kWh.
- Por mercados, los precios de los paquetes fueron los más baratos en China, 127 $/kWh.
- En Estados Unidos y Europa, el precio se incrementa en un 24 % y un 33 % respectivamente.
El efecto sobre los coches eléctricos baratos
BloombergNEF espera que el precio se mantengan en estos niveles el próximo año, aumentando ligeramente en términos reales con respecto a 2022. La previsión es que comiencen a caer nuevamente en 2024 con la reducción de la presión y la estabilización de la cadena de suministro. También colaborarán a este efecto las nuevas tecnologías de batería y la adaptación del tamaño de la batería a la oferta de vehículos de los fabricantes.
Según sus estimaciones, BNEF predice que los precios promedio de los paquetes deberían caer por debajo del umbral de los 100 $/kWh en 2026, dos años más tarde de las previsiones anteriores. La consultora advierte que esta cifra fijada hace más de una década no tiene en cuenta el aumento de los costes por la inflación.
La paridad de precios de los vehículos eléctricos y los de combustión se considera mejor como una horquilla que como un umbral fijo. Con los precios actuales de las baterías, algunos segmentos de vehículos ya pueden equipararse a los de combustión y pueden ser rentables sin subsidios. Es el caso de los vehículos premium que, posiblemente, ya están a la par con los modelos de combustión interna equivalentes.
Lo mismo ocurre con los mini coches eléctricos y urbanos en China. En el caso de los vehículos comerciales como autobuses y furgonetas, en los que el coste de propiedad es más importante la paridad ya está cerca, según la región y el patrón de uso.
Sin embargo, los precios de las baterías deben caer más para que la paridad llegue en esta década al promedio de los coches eléctricos del mercado. Si bien es un objetivo que todavía es alcanzable, requerirá mucha más inversión en todas las áreas de la cadena de suministro de baterías, más programas de I+D y mejoras en los procesos de fabricación.