StoreDot, experta en tecnología de baterías de carga rápida para vehículos eléctricos, ha vertido un jarro de agua fría sobre las baterías de estado sólido. Según la compañía israelí, la producción en masa de baterías de estado sólido está todavía a una década de distancia y ha llamado a los fabricantes de automóviles a considerar «tecnologías intermedias a medio plazo», como las baterías semisólidas.
Las baterías de estado sólido tienen muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes. Prometen ser baterías con una carga muy rápida y segura, y tener una alta densidad de energía que permite mayores autonomías, pero todavía se enfrentan a importantes desafíos antes de que se puedan fabricar a escala industrial.
En este sentido apuntan las declaraciones de StoreDot, que todavía ve lejos la implantación comercial de esta tecnología. Según el Dr. Doron Myersdorf, director general de StoreDot, «en este momento, a pesar de algunas afirmaciones altisonantes de nuestros rivales, las baterías de estado sólido aún están a 10 años de distancia». No es la primera vez que desde la compañía ponen el horizonte de las baterías de estado sólido más allá de 2030.
«Creemos que un paso más práctico es la introducción de baterías de estado semisólido, cuya producción en masa está prevista para 2028. Se trata de celdas avanzadas, seguras y de alto rendimiento que pueden recargar 160 kilómetros de autonomía en sólo tres minutos. Tienen la ventaja adicional de requerir un proceso de fabricación más sencillo y menos complicado que las tecnologías de estado sólido», explica Myersdorf.
Además de los desafíos para fabricarlas a gran escala, hace falta superar una serie de obstáculos técnicos como la durabilidad del electrolito sólido, las altas temperaturas necesarias para su buen funcionamiento o encontrar el material adecuado para el electrolito sólido, ya que uno de los problemas reside en su baja conductividad.
El electrolito es la parte de la pila encargada de "transportar" los iones entre el ánodo y el cátodo de la celda. Las baterías actuales tienen un electrolito líquido o de gel de polímero, mientras que en las baterías de estado sólido se combina el separador y el electrolito en un único elemento sólido (de ahí su nombre).
Los plazos de StoreDot coinciden aproximadamente con las previsiones de CATL, el mayor fabricante de baterías del mundo, que estima que las baterías de estado sólido no estarán disponibles comercialmente hasta el año 2035. Sin embargo, algunos fabricantes de coches tienen horizontes más optimistas. Toyota tiene previsto lanzar implantar este tipo de baterías en coches híbridos en el año 2025, misma fecha que se ha fijado Mercedes-Benz. En el caso del fabricante alemán, que se ha asociado con Prologium, también esperan tenerlas en el mercado antes de final de esta década. En los coches eléctricos de VinFast, las baterías de Prologium se empezarán a montar en 2024.
Según StoreDot, es «fundamental» que los principales desarrolladores de baterías ofrezcan a los fabricantes de automóviles de todo el mundo «una hoja de ruta realista y libre de prejuicios para la introducción de tecnologías de baterías de carga rápida extrema». Este es precisamente el ámbito de actuación de la compañía. Este año presentaron su hoja de ruta, que se divide en tres fases o tres generaciones de baterías denominadas 100in5, 100in3 y 100in2. Sus nombres se refieren a la autonomía en millas (100) que pueden recuperar en 5, 3 y 2 minutos, respectivamente.
La primera de ellas es una batería de litio con ánodo de silicio y estará lista en 2024. Polestar ha sido uno de los primeros fabricantes en anunciar que utilizará estas baterías. La batería 100in3 tiene un electrolito semisólido y su lanzamiento al mercado está previsto para 2028. Y la batería 100in2, capaz de recargar 160 km de autonomía en apenas 2 minutos, tiene electrolito sólido y estará lista en 2032. A pesar de las potentes cargas, han demostrado tener una degradación aceptable después de 1.000 ciclos de carga.