Dice la sabiduría popular que, cuando lo mejor que puedes hacer cuando no puedes superar a tu rival, es unirte a él. Si hablamos de movilidad eléctrica, Tesla domina el mercado desde hace años. Sus coches figuran en la lista de los más vendidos en todo el mundo. Destacan por su comportamiento y eficiencia. A pesar de su ventaja, los rivales aprietan cada día más. Sin embargo, si hablamos de infraestructura de carga el dominio es incluso mayor. Tal es así que una gran petrolera como BP (British Petroleum) ha optado por unirse a su máximo rival para implementar su red de carga pública. La broma ha costado 100 millones de dólares.
Paralelamente a la llegada de los coches eléctricos, la red de carga se ha expandido en todo el mundo de forma rápida y eficiente. De la nada han surgido numerosas empresas y operadores que han visto en la recarga un fructífero negocio. Hay espacio para todas, pero los principales protagonistas saben a quién tienen que copiar, a Tesla. Los americanos llevan años de ventaja con respecto a sus más inmediatos perseguidores. Su red se sitúa como la mejor valorada y la más fiable de todas. Llegar a un cargador de Tesla es tener garantizada la carga. Algo que casi ninguna empresa puede decir.
El acuerdo de BP arrancará en Estados Unidos con vistas a un cruce de fronteras
El éxito de los americanos reside en puntos fiables y de alta potencia en los que el software establece una rápida conexión. Ese software vale su peso en oro y BP acaba de firmar un acuerdo con Tesla para poder utilizarlo en su red pública, BP Pulse. Los ingleses se van a gastar 100 millones de dólares en unas líneas de código para que así sus puntos muestren la misma fiabilidad y potencia que los de Tesla. Es un gasto importante, pero, si tenemos en cuenta el potencial beneficio a largo plazo, no es una cifra descabellada. Hace ya tiempo que Tesla demostró por qué sus cargadores son los mejores.
El acuerdo se contempla, al menos por el momento, para Estados Unidos y para cargadores de 250 kW compatibles con conectores NACS y CCS. Hay que recordar que Tesla tiene la hegemonía nacional con su sistema de carga. Todas las compañías, hasta Toyota, han pasado por el aro. A partir de 2025, casi la totalidad de los coches eléctricos que se vendan en Norteamérica integrarán el puerto NACS de fábrica. De esta manera se eliminan las posibles incompatibilidades entre el vehículo y el punto de carga. BP ha ido un poco más allá al poder contar con el código para optimizar la recarga.
Está previsto que los primeros puntos se instalen a partir del año que viene. Según BP, admitirán el uso del protocolo Plug and Charge, que simplifica y automatiza los pagos para mejorar aún más la experiencia del usuario. También se espera que los cargadores BP Pulse aparezcan en la interfaz de usuario y las aplicaciones del vehículo de Tesla. Como ya sabemos, los de Austin fijan importantes requisitos para que puntos de otras compañías aparezcan en su navegador. Para Europa no hay acuerdo todavía, aunque si el resultado es fructífero no será extraño ampliar la colaboración al otro lado del océano Atlántico.