El fabricante chino BYD no conoce la palabra descanso, y lo tiene todo preparado para seguir creciendo, también en los países europeos, a pesar de los aranceles a sus vehículos. Unas tasas de importación que se aplican desde el 5 de julio y que la Comisión Europa decidió recientemente mantener durante al menos cinco años, a contar desde el mes de noviembre de este ejercicio 2024.
Pero la marca asiático tiene un plan bien orquestado para que nada se interponga en su camino, y ya ha anunciado, a través de su vicepresidente ejecutiva, Stella Li, que en unos seis meses esperan crecer de manera importante en mercados europeos muy importantes, por ejemplo el alemán, que es el más grande en cuanto a automoción de nuestro continente.
Nada está consiguiendo frenar a BYD
Li asegura que BYD "se afianzará en Alemania en menos de medio año", un territorio que, por otro lado, no aceptaba los nuevos aranceles aplicados a los coches eléctricos chinos. De estas tasas, la responsable del fabricante chino dice que supondrán una pérdida para el consumidor, pues terminará pagando en parte esos impuestos.
Lo que BYD tiene marcha para conquistar el mercado automovilístico alemán, y aumentar su cuota en el resto de territorios de la Unión Europa, es ofrecer una gama de vehículos eléctricos e híbridos enchufables a precios de entre 25.000 y 30.000 euros.
Recordemos que China intentó fijar un 'precio mínimo' de venta para sus coches en Europa establecido en 30.000 euros, pero Bruselas no quiso aceptarlo como alternativa a los nuevos aranceles.
Además, hay que tener en cuenta que el fabricante chino ya vio venir la tensión que se generaría con su estrategia de bajo coste, y que su planta de Hungría empezará a operar a finales de 2025, con lo que se esquivarían estas tasas.
El fabricante chino tiene muy clara la estrategia a seguir
Stella Li también aprovechó sus declaraciones durante el Salón del Automóvil de París 2024 para culpar de la falta de competitividad de las marcas europeas a la "incertidumbre y falta de claridad", apuntando claramente a los responsables políticos que siguen sin ser firmes con los objetivos de descarbonización en Europa.
Li define a los vehículos chinos como una "competencia sana", y recuerda que los modelos cada vez más baratos en China, hacen que los fabricantes luchen por ser más competitios. Además, considera que todas las marcas del mundo "deberían participar en esta competición" de reducción de precios y que "aquellos que duden y den marcha atrás, perderán".
