La startup china Byton pretende hacerse un importante hueco en la emergente industria de los coches eléctricos. Después de conseguir recientemente 500 millones de dólares de financiación, Byton se lanzará en China para más tarde expandirse hacia mercados como el de los Estados Unidos y Europa, aterrizando en el Viejo Continente en un plazo inferior a dos años.
Así lo ha revelado David Twohig, ingeniero jefe de vehículos y vicepresidente de Byton en declaraciones a la revista británica Autocar. El que fuera responsable del desarrollo de coches tan atractivos como el Alpine A110 para la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, ha revelado en una entrevista que la llegada de Byton al mercado “está cerca”. “El lanzamiento en China está programado para 2019, unos meses más tarde llegaremos a Norteamérica y hacia finales de 2020 desembarcaremos en Europa”, aseguró el directivo. “La planta de Nanjing (China) está creciendo a una velocidad que nunca he visto antes en mis 26 años de carrera en la industria”, aseveró Twohig. Los primeros prototipos se producirán en serie a principios de 2019.
Preguntado acerca de la forma de construir sus vehículos eléctricos, Twohig reveló que todos los coches de Byton se construirán sobre la misma plataforma. “No es una construcción de sandwich, como la del Chevrolet Bolt. Por eso han contratado tipos como yo, un viejo soldado de los grandes fabricantes oficiales”. Los coches eléctricos de Byton utilizarán una tecnología escalable “con la mínima inversión”, de modo que plataformas de diferentes medidas “se fabricarán en la misma línea productiva”.
En cuanto al diseño de su producto, el ingeniero jefe de Byton defendió que, aunque parezca que sus coches tienen un formato convencional de tres volúmenes, “con el K-Byte se ha creado una pequeña ruptura”. Según Twohig, parece un tres volúmenes pero realmente no lo es, ya que “tenemos un espacio completamente abierto en frente del conductor y su acompañante”. Gracias a este espacio, Byton ha sido capaz de introducir la idea de asientos que giran 12 grados mientras el coche está en funcionamiento. “Es una disposición muy inteligente”, afirmó.
Respecto al desarrollo de la tecnología de conducción autónoma, Twohig habló acerca de cuán cerca está la conducción de nivel 4, aquella en la que el conductor no necesita mantener los ojos sobre la carretera. En este sentido, en Byton son optimistas al respecto, sino “no estaría aquí”, dijo el directivo. “Creemos que será muy pronto, a lo largo de la vida de este coche”. Para terminar, preguntado acerca de la clave del éxito de Byton y la fórmula necesaria para conseguir beneficios en la industria del automóvil, Twohig reconoce que necesitan establecer “economías de escala” debido a que se trata de una industria “con márgenes bajos”. La fábrica de Nanjing “no es cualquier cosa”, tiene una producción de 300.000 vehículos por año, y con la “estrategia de plataformas y los costes de ingeniería podremos ofrecerlos a unos 30.000 euros”.