La demanda creciente de baterías de iones de litio, impulsada principalmente por la expansión del mercado de vehículos eléctricos y dispositivos tecnológicos, ha generado importantes oscilaciones en los precios del litio en los últimos años. Este metal, clave para la transición energética global, ha experimentado un alza sostenida debido al desbalance entre una oferta limitada y una demanda que no deja de crecer.
Sin embrago, un informe del gobierno australiano, publicado a mediados de 2023, ya indicaba que los precios del litio podrían experimentar una notable corrección a partir de 2024. Según las proyecciones, se anticipa una disminución cercana al 40% en los costes, con precios promedio que rondarían los 2.740 dólares por tonelada el próximo año y podrían reducirse a 2.149 dólares por tonelada en 2025.
La mayor caída desde 2017 y el precio mínimo en 2024
En este escenario, los precios de las baterías de iones de litio han registrado su mayor descenso anual desde 2017, marcando un punto de inflexión clave para la industria de vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento energético. Según el informe más reciente de BloombergNEF (BNEF), el coste promedio de los paquetes de baterías disminuyó un 20 % en 2023, alcanzando un mínimo histórico de 115 $/kWh.
Factores como la expansión de la capacidad de fabricación de celdas, las economías de escala, la adopción de tecnologías más económicas como las baterías de litio ferrofosfato (LFP) y la moderación del crecimiento en las ventas de vehículos eléctricos, son las causantes de esta tendencia descendente.
Actualmente, el sector cuenta con 3,1 TWh de capacidad global para la producción de celdas de batería, más del doble de la demanda anual estimada para 2024. Sin embargo, los precios varían considerablemente según la región. En China, por ejemplo, el precio promedio fue de 94 $/kWh, el más bajo del mundo, mientras que en Estados Unidos y Europa, los costos fueron un 31% y 48% más altos, respectivamente, reflejando las diferencias en costos de producción y volúmenes de fabricación.
La competencia está en China
La feroz competencia entre fabricantes en China ha sido un motor clave de esta reducción de costes. Sin embargo, esta misma presión ha reducido los márgenes de las empresas, obligándolas a diversificar hacia mercados como el almacenamiento energético y a explorar oportunidades en el extranjero. A pesar de los retos, la adopción de químicas como LFP y avances tecnológicos han permitido a la industria mantenerse competitiva.
No obstante, persisten desafíos. Las tensiones geopolíticas y los aranceles sobre materiales clave podrían afectar los costos a futuro, retrasando proyectos de minería y refinado esenciales para el suministro. Según Yayoi Sekine, responsable de almacenamiento energético en BNEF, “las mejoras en tecnologías, materiales y procesos de fabricación serán fundamentales para mantener la tendencia a la baja en los precios de las baterías”.
El futuro del precio de las baterías
El panorama para la próxima década es prometedor, con expectativas de que los precios sigan disminuyendo a medida que se introducen tecnologías de próxima generación. Innovaciones como los ánodos de silicio y litio, electrolitos de estado sólido y nuevos materiales para cátodos están preparadas para revolucionar el sector.
Además, la inversión continua en investigación y desarrollo, junto con una mayor eficiencia en la cadena de suministro, permitirá no solo una mayor adopción de vehículos eléctricos, sino también la expansión de sistemas de almacenamiento estacionario, haciendo que la transición energética global sea más accesible y sostenible.