El grupo automovilístico Stellantis está dejando importantes titulares en los últimos días. Sus últimas exposiciones a raíz del futuro de la compañía, especialmente en el ámbito de la electrificación, nos está dando muchas pistas acerca de los intereses y proyectos futuros de la misma. Carlos Tavares, CEO del grupo, ha confesado recientemente no haber tenido contacto alguno con el Gobierno de España para instalar una fábrica de baterías para coches eléctricos en nuestro país, algo que dice estar dispuesto a negociar de cara a un futuro próximo.
Aquí hemos podido seguir muy de cerca el aún abierto proceso de selección de ubicación por parte de Volkswagen para instalar su fábrica de baterías de coches eléctricos en España. Este ha sido -y aún lo es- un proceso de lo más intenso entre los concursantes a llevarse tal planta. En cambio, Stellantis, un grupo automovilístico que históricamente ha apostado intensamente por nuestro país montando varias de sus fábricas aquí, aún no se ha pronunciado sobre la posible instalación de una nueva fábrica de producción de baterías para sus coches eléctricos dentro de nuestras fronteras.
Según los últimos comentarios de Carlos Tavares, ha dado a entender que esto ha sido a causa de una falta de conversaciones con el Gobierno central, ya que actualmente poseen planes para instalar tres nuevas gigafactorías en Francia, Italia y Alemania, regiones que han mostrado un fuerte interés por atraer dicha inversión. El CEO de la corporación ha asegurado que, en principio, estas nuevas plantas darán la cobertura necesaria para la fabricación de sus eléctricos de los próximos años. No obstante, el directivo no cierra la puerta a la posibilidad de instalar una futura factoría en España ya que no pueden descartar que en unos años, con el auge del vehículo eléctrico, precisen de la instalación de nuevas fábricas dedicadas a tal efecto.
Durante esta misma exposición, Carlos Tavares tuvo tiempo para expresar sus críticas hacia los diferentes gobiernos que completan la Unión Europea. Concretamente admitió que el sector del automóvil se encuentra inmerso en una potente crisis que dejará a miles de personas sin trabajo. El CEO puso el ejemplo de que en los años previos a la crisis del COVID-19 en Europa se vendían más de 18 millones de coches, hoy en día hemos perdido más de 3 millones de ventas colocando el total en alrededor de 15 millones. El directivo hace hincapié en que el ejecutivo europeo dé un mayor valor a los vehículos híbridos más accesibles para el gran público y con el que se igualmente se podrán ahorrar grandes cantidades de emisiones de CO2, en lugar de apostar por el coche eléctrico puro que "sólo pueden comprar algunos ricos".
El ejecutivo de Stellantis se ha mostrado contrario a la apuesta total de Europa por la comercialización de coches eléctricos y la consiguiente desaparición de las mecánicas térmicas. En una de sus últimas exposiciones admitió que los eléctricos suponen un coste de fabricación situado entre un 40 y un 50% por encima que uno similar de gasolina, por lo que se ven obligados a hacer ciertos cambios o reestructuración en su organigrama.
Dichos cambios se darán lugar sobre la rescisión o renegociación de algunos contratos sobre su red de concesionarios de las 14 marcas que forman el grupo. La relación entre Stellantis y su red de concesionarios cambiará radicalmente ya que la directiva esperará un mayor aporte por parte de dicha red en materia de ideas o colaboraciones, con la vista puesta en alcanzar un mejor servicio al cliente, así como reducir notablemente sus costes.