Stellantis enfrenta un nuevo capítulo de su todavía breve historia tras la renuncia de Carlos Tavares. El CEO, quien había sido fundamental en la fusión de PSA y FCA, ha decidido dejar la compañía en medio de una serie de desafíos y oportunidades. La búsqueda de un sucesor se llevará a cabo en un contexto de transformación del sector, marcado por la transición hacia la movilidad eléctrica y la conducción autónoma.
El portugués es uno de los líderes más influyentes en la industria del automóvil. Asumió el cargo de CEO en enero de 2021 tras la fusión entre el Grupo PSA y Fiat Chrysler Automobiles. Bajo su liderazgo, Stellantis consolidó su posición como el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo, gestionando marcas icónicas como Jeep, Peugeot, FIAT, Opel, Citroën o Maserati, entre otras. Tavares lideró la estrategia Dare Forward 2030, que priorizó la electrificación, la sostenibilidad y la optimización operativa, con el objetivo de convertir a la empresa en una compañía de movilidad neutra en carbono para 2038.
Vida y obra de un dirigente sin pelos en la lengua
El pasado domingo, la industria del automóvil vivió un auténtico terremoto. Carlos Tavares, CEO del Grupo Stellantis, sorprendió al anunciar su dimisión inmediata e irrevocable. Esta decisión generó perplejidad, especialmente porque pocos días antes se le vio reunido en España con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La renuncia supone un adelanto que ya tenía fecha en Stellantis y marca el final de una etapa crucial en uno de los principales grupos automovilísticos del mundo.
Tavares nació el Lisboa en 1958. Antes de dirigir Stellantis, tuvo un papel muy importante en Renault, incluyendo la dirección de Nissan en América y su colaboración estrecha con Carlos Ghosn. Desde 2014, demostró su capacidad como estratega al revitalizar el Grupo PSA, llevando a la empresa a la rentabilidad tras varios años de pérdidas. Su planteamiento pragmático y su experiencia en el rediseño de operaciones se consideraban un modelo a seguir en la industria. Inició un plan estratégico que lo llevó a ser el arquitecto de la fusión entre PSA y Fiat Chrysler Automobiles (FCA) en 2021, consolidando la creación de Stellantis.
Sin embargo, 2024 trajo desafíos significativos. Aunque Stellantis registró ganancias récord en 2023, los problemas estructurales, como la caída de ventas en Estados Unidos, las tensiones con sindicatos como United Auto Workers (UAW) y conflictos con concesionarios, erosionaron su éxito. A esto se sumaron críticas hacia su gestión, incluyendo su compensación salarial y decisiones estratégicas.
Estos factores, junto con "diferencias de opinión" entre Tavares y el consejo de administración y aunque el contrato tenía vigencia hasta 2026, llevaron a su inesperada renuncia en diciembre de 2024. John Elkann, presidente de Stellantis, destacó los logros de Tavares en su declaración, reconociendo su papel clave en el éxito inicial de Stellantis, pero la empresa ahora busca un nuevo líder para abordar los retos actuales y reorientar su estrategia.
El protagonismo de Tavares en Stellantis: tres años de cambios estructurales
Carlos Tavares asumió el liderazgo de Stellantis en 2021, poco después de la fusión entre PSA y FCA, consolidando así al cuarto fabricante más grande del mundo. Su mandato estuvo marcado por una gestión estratégica orientada a la eficiencia, la electrificación y la expansión global.
Durante su mandato, Tavares fortaleció la industria automotriz española asignando nuevos modelos a plantas como Vigo, Zaragoza y Madrid. Entre los modelos más destacados figuran el Citroën C4, el Opel Corsa y el Peugeot 208. No obstante, su salida deja pendientes decisiones clave, como la asignación de la plataforma STLA Small y la instalación de una gigafactoría de baterías.
El año 2021 fue clave para el arranque de Stellantis como una entidad unificada. Tavares enfocó sus esfuerzos en integrar a las 14 marcas que conformaban el consorcio, como Peugeot, Jeep, Fiat, Citroën, Opel y Chrysler, manteniendo la identidad individual de cada una. Consolidó a Stellantis como el cuarto fabricante mundial, con una facturación de más de 170.000 millones de euros anuales.
Ese mismo año, anunció una ambiciosa inversión de 30.000 millones de euros hasta 2025 ('Push to Pass') para electrificación y desarrollo de software. Además, dio luz verde a la construcción de cinco gigafactorías en Europa y Norteamérica, esenciales para satisfacer la demanda de baterías en la transición hacia vehículos eléctricos.
2022: Avance en sostenibilidad y electrificación
En 2022, Stellantis lanzó su estrategia "Dare Forward 2030", centrada en la sostenibilidad y el crecimiento rentable. Este plan incluía la meta de alcanzar cero emisiones netas para 2038, con un planteamiento centrado en la electrificación, las tecnologías de software y los servicios de movilidad.
Paralelamente, el grupo reforzó su presencia en Europa y América del Norte con lanzamientos de modelos eléctricos emblemáticos como el Fiat 500e y el Jeep Avenger, además de avanzar en acuerdos estratégicos para el suministro de baterías y semiconductores.
2023: Expansión global y desafíos en China
El año 2023 estuvo marcado por la compra de un 20% de participación en el fabricante chino Leapmotor, acompañada de una alianza para fabricar y distribuir vehículos de esta marca en Europa. Sin embargo, la estrategia en China se a varios enfrentó desafíos, con problemas en acuerdos previos como el de GAC-FCA y la salida de Stellantis de varias empresas conjuntas.
También en 2023, Stellantis logró un récord de beneficios, alcanzando los 18.625 millones de euros, lo que reafirmó la eficacia del liderazgo de Tavares en términos financieros.
2024: Tensiones y renuncia
El último año de Tavares estuvo marcado por tensiones internas dentro del grupo. A pesar de continuar impulsando proyectos clave como la asignación de nuevas plataformas eléctricas y la posible construcción de una gigafactoría en España, surgieron diferencias estratégicas con el presidente John Elkann y otros directivos.
En Norteamérica, la desaceleración en ventas y problemas de calidad afectaron la posición del grupo. En Europa, algunos lo acusaron de priorizar beneficios a corto plazo, generando cierta homogeneidad entre marcas. Además, su creciente salario, que alcanzó los 37 millones de euros en 2023, contrastó con los recortes de costes en otras áreas de la compañía. Estas discrepancias, junto con presiones internas y externas, llevaron a Tavares a adelantar su salida, inicialmente prevista para 2026.
¿Y ahora qué?
Con su renuncia, Stellantis ha iniciado la búsqueda de un sucesor. Mientras tanto, un comité ejecutivo interino liderado por John Elkann el presidente y máximo responsable del Grupo Stellantis supervisará la transición. Tomará el mando provisional de la compañía hasta que se encuentre un nuevo jefe de operaciones. Se espera que el nuevo CEO sea anunciado durante el primer semestre de 2025.