Europa ha emprendido dos batallas que van de la mano. La primera es la implantación de una movilidad más sostenible a nivel continental. El segundo frente viene condicionado por el primero y supone la eliminación de los vehículos con motor de combustión interna. Aunque todo el mundo da por hecho el nuevo horizonte, algunas voces no tienen nada claro lo de poner todos los huevos en la misma cesta. Oliver Zipse, el máximo responsable de BMW, advierte de los peligros que supone apostarlo todo al coche eléctrico y la fijación que existe sobre la desaparición de los coches de combustión. No es la primera vez que alza la voz de forma crítica con respecto a la política europea.
Resulta curioso que lo haga él, ya que la Bayerische Motoren Werke (BMW) es una de las empresas que más volcada está en su gama eléctrica. De hecho fue BMW una de las primeras en lanzarse al coche eléctrico, cuando por entonces era casi una aventura, pero una cosa no quita la otra. Aunque la compañía se enfoque en ofrecer productos nuevos acordes a las nuevas tendencias y exigencias, no deja de lado su flota más tradicional, la que por el momento sigue ganando en número de ventas. Para hacernos una idea basta decir que el modelo más vendido de BMW es el X1 sDrive18d.
Oliver Zipse siempre se ha mostrado un firme defensor de mantener todas las vías abiertas, incluso la del hidrógeno. BMW empezará a fabricar coches de hidrógeno en serie a partir del año 2025. En lo que llevamos de año BMW ha vivido una explosión de ventas eléctricas. En los primeros tres trimestres del año las matriculaciones se han duplicado con respecto a las del año pasado. Sólo en el último periodo de lo que llevamos de curso las ventas de eléctricos han crecido un 121,6%. La flota crece cada día más, y en el futuro la electrificación llegará a todos los modelos de la gama con las correspondientes variantes i.
Hace apenas unas semanas otro miembro de la junta directiva de la compañía realizó otras controvertidas declaraciones que vuelven a evidenciar el firme pensamiento de BMW. Mark Weber, CTO de la marca, admitió abiertamente que no todos los países están listos para los coches eléctricos. Aunque para el 2030 BMW espera que el 50% de sus ventas sean 100% eléctricas, sabe que ese porcentaje no se alcanzará en algunos mercados que van más rezagados en la expansión comercial eléctrica, España entre ellos.
Esto trae a colación una vez más las declaraciones de Zipse. Los coches eléctricos se venderán bien, de eso no cabe duda, pero lo harán a un precio considerablemente mayor que cualquier versión correspondiente con motor de combustión. Esto provocará que los precios sigan y sigan ascendiendo, alejando a muchos compradores potenciales que no puedan acceder a ellos. El CEO de BMW se opone totalmente a la idea de desaparición de los segmentos básicos por el peligro que podría suponer para el balance de la compañía. "Si de repente haces que la propiedad de un automóvil sea solo para personas ricas, es algo peligroso".
Preguntado al respecto de la falta de desarrollo de los motores térmicos, el propio Oliver Zipse realizó declaraciones completamente enfrentadas a las políticas europeas: "no hay señales de que a escala mundial el motor de combustión quedará obsoleto en los próximos 15 años". A diferencia de otras compañías, BMW no ha fijado una fecha para el cese de producción de motores de combustión. Directamente no saben cuándo ocurrirá semejante momento, aunque los de Múnich sí que tienen claro que el próximo paso consiste en electrificar la gama.