Son muchos los altos directivos que se proponen contrarios a las muchas legislaciones presentadas desde la Unión Europea. No sólo en lo referente a la eliminación total de los motores de combustión en el 2035 o en la rebaja de emisiones medias permitidas en este 2025; también lo hacen mirando la nueva guerra comercial iniciada con China y sus marcas de coches eléctricos.
Como bien se recordará, en el último trimestre del pasado 2024 entraron en vigor los conocidos aranceles a la importación de coches eléctricos chinos. Esto supuso un importante varapalo para las compañías tanto de origen chino como las europeas que producen sus coches allí como método de reducción de costes. El último en pronunciarse a este respecto ha sido Dirk Adelmann, CEO de Smart Europa, en una entrevista reciente llevada a cabo por el medio alemán Automobilwoche.
El CEO de Smart en Europa no está contento con las decisiones de la Unión Europea
Smart acaba de lanzar en Europa su tercer modelo de nueva factura, el #5, un SUV de generoso tamaño y mecánica 100% eléctrica, aunque más adelante llegará también una alternativa híbrida enchufable. Hasta ahora, las ventas de la compañía han computado únicamente sobre los #1 y #3, los dos SUV eléctricos ya conocidos. Entre estos dos, las matriculaciones de la marca en Europa han superado las 20.000 unidades en 2024.
Con la llegada del nuevo SUV, el directivo espera que “estas cifras deberían ser posible de duplicar aún más este año. No estamos descontentos con eso”. Sin embargo, Adelmann sí compara la cifras europeas con las obtenidas en China donde son mucho más altas. Ante esta diferencia, el CEO apunta directamente a un organismo responsable: la Unión Europea.
Específicamente, Adelmann puntualiza que la Unión Europea actualmente “carece de una estrategia sostenible para avanzar en la movilidad eléctrica. Esto perjudica a todos los fabricantes y, en última instancia, también al clima”. Por este motivo, la marca ha querido expandirse también a otros territorios donde las regulaciones no son tan intensas como en el Viejo Continente. Ejemplo de ello son mercados como el de Australia, Emiratos Árabes Unidos, Malasia, Tailandia, Hong Kong o Israel.
Ante la pregunta de un crecimiento en la gama de productos de Smart para Europa, el responsable afirmó que: “Por primera vez, el próximo modelo de Smart no será un SUV, sino que tenemos planificado un biplaza como el antiguo ForTwo”. Sin embargo, la marca también ha tropezado con los aranceles de la Unión Europea: “Este proyecto ha sido retrasado debido a los aranceles punitivos de la UE. Mientras continúen las negociaciones entre China y Europa, todavía no podemos tomar una decisión definitiva sobre el posible biplaza”.
Los aranceles de la Unión Europea hacen que Smart tenga que pagar un 18,8 por ciento, además del 10 por ciento que ya existía previo a este último impuesto. “Tendremos que aumentar los precios en Europa en unos 2.000 euros desde el mes de enero de 2025. Aún no es posible predecir si esto tendrá un impacto negativo en las ventas. Nuestra ventaja es que tenemos una cartera muy joven y técnicamente actualizada con tres modelos”, concluyó Adelmann.