El CEO del proveedor de piezas para vehículos Magna, Don Walker, augura que la industria de la automoción invertirá 300.000 millones de dólares –unos 263 millones de euros– en la próxima década en torno al coche eléctrico. Algo que el director ejecutivo de la compañía canadiense considera exagerado. "Tenemos que reducir la cantidad de dinero, porque el consumidor final básicamente quiere un transporte barato", aseguró Walker en el Automotive News World Congress, un evento organizado por la publicación Automotive News en Detroit.
Las estimaciones de Walker supondrían un aumento sustancial sobre las perspectivas de los analistas del mercado automovilístico, que cifraron el año pasado que la inversión hasta 2030 sería de unos 90.000 millones de dólares, unos 79.000 millones de euros. "Debemos ser más eficientes con el capital que desplegamos en la industria", reconoció Walker.
El directivo canadiense fue entrevistado después de que el fabricante alemán Volkswagen y el estadounidense Ford anunciasen su alianza para construir furgonetas y vehículos comerciales, un segmento en el que ambas compañías acumularon ventas por valor de 1,2 millones de dólares en 2018. Además, tanto el consorcio germano como la firma de Michigan anunciaron que compartirían la tecnología autónoma de Ford y la plataforma modular MEB de Volkswagen con el objetivo prioritario de reducir costes.
Las previsiones de Magna no son muy halagüeñas para el coche eléctrico. La firma canadiense estima que en 2025 los vehículos eléctricos representarán solo entre un 4% y un 6% de la cuota de mercado, la de los vehículos híbridos enchufables entre un 6% y un 9% y la de los vehículos de combustión interna representarían del 30% al 37%. Además, la compañía vaticina que en 2030 los vehículos autónomos supondrán unas ventas de 95.000 millones de dólares, siendo un 7% del total el porcentaje de modelos que incorporarían un nivel de conducción 5, aquel en el que no requiere conductor humano ni volante.
"Este esfuerzo cuesta mucho, hay mucha gente trabajando en ello", dijo Walker, que añadió que los proveedores de piezas como Magna necesitan "más cooperación" por parte de los fabricantes. Recientemente, la división austríaca Magna Steyr, que se encarga de la provisión de piezas para la industria de la automoción, ha inaugurado junto a la compañía china BJEV un centro de I+D en la ciudad de Zhenjiang, en China, y tienen previsiones de comenzar a producir vehículos eléctricos a partir de 2020 en una planta que tiene 12.000 metros cuadrados y emplea a 420 trabajadores.