Los directivos de muchas marcas automovilísticas, en cierta parte, no están de acuerdo con lo propuesto por la Unión Europea en materia de la legislación anticontaminación. Esto está especialmente dirigido hacia lo que sucederá el próximo año 2025, con la introducción de una importante reducción en las emisiones medias de carbono, lo que provocará que muchas de estas firmas se vean abocadas a severas multas si sobrepasan la barrera de los 95 gr/km.
Precisamente por ello, muchas marcas se han declarado a favor de posponer la adopción de esta normativa o incluso eliminarla y poner como última barrera la ley del año 2035 por la que se eliminará por completo los motores térmicos del mercado europeo. A esto se ha unido recientemente el CEO de MAN Trucks, Alexander Vlaskamp, a través de una entrevista con el medio alemán Merkur.
El CEO de MAN Trucks no está de acuerdo con la normativa europea
Concretamente, el máximo directivo de la marca de camiones afirmó lo siguiente: “Estamos invirtiendo miles de millones en el desarrollo de la movilidad eléctrica, construyendo centros de baterías, investigando propulsores o utilizando también camiones eléctricos. Sin embargo, tendremos que pagar multas elevadas en el futuro si no alcanzamos los objetivos de flota de la UE porque no ponemos suficientes vehículos eléctricos en las carreteras. No encaja. Nos sentimos un poco como la vaca lechera de la región”.
A esto, el directivo añadió: “A esto se suma la actual crisis económica que estamos sufriendo. Con una política así se abolirá la industria en Europa muy pronto”. En el momento en el que se le preguntó sobre su opinión para ayudar a la industria de los vehículos comerciales respondió: “Tres cosas: promoción de los vehículos eléctricos, mejor infraestructura de carga y menos multas. Es así de simple”.
El CEO de MAN Trucks no aboga directamente por la eliminación de esta ley, como si han hecho otros directivos. Por su parte, Vlaskamp es más partidario de rebajar las multas que se le impondrán a los fabricantes y que no se vean lastrados por las propias decisiones tomadas por el cliente, pues si este precisa en su uso y labor de un vehículo eléctrico o térmico que no sea la propia administración la que dirija su decisión y repercuta en sanciones para el fabricante en cuestión.
Finalmente, el máximo directivo también apunta a que la red de carga eléctrica en Europa debería revisarse profundamente: “La construcción de la infraestructura de carga es una tragedia. Los políticos simplemente no hacen su tarea lo suficientemente rápido cuando se trata de construir pilares públicos”.
En este apartado, el directivo nuevamente concuerda con la mayoría de fabricantes. La mayoría de ellos aseveran que la Unión Europea y las diferentes regiones no están cumpliendo con sus promesas sobre esto, lo que está provocando que muchos clientes potenciales no terminen comprando un vehículo eléctrico, sino que se decanten por uno híbrido o de combustión.