No es ningún secreto que el mercado automovilístico europeo vive su momento de mayor incertidumbre. Los fabricantes viven presionados por las políticas medioambientales de Bruselas, mientras que se enfrentan a la cada vez mayor competencia china. El cliente es, al final, el mayor damnificado al encontrarse ante un abanico de soluciones cada vez mayor y más complicado. Si hasta hace poco era Europa la que dependía de los eléctricos chinos, ahora es China la que depende de los híbridos europeos. El mercado, una vez más, ha cambiado y lo ha hecho mucho más deprisa de lo que imaginábamos.
No hace ni un año que las marcas asiáticas empezaron a llegar masivamente al Viejo Continente. Apenas unos meses en los que hemos visto cada vez más unidades eléctricas aterrizar. Barcos cargados de coches eléctricos que tenían como único objetivo conquistar Europa. Sin embargo, en verano todo cambió. Bruselas activó el plan de contingencia para intentar minimizar el impacto de los eléctricos chinos en la región. Una clara señal de proteccionismo frente a una industria tradicional que no ha sabido o no ha podido colocar sus vehículos electrificados en un rango de precios adecuados. El mercado sigue sin despegar y China intentó colarse por un resquicio que Europa cerró, ¿o no?
China responde rápidamente a los cambios de tendencia comercial
Ante la activación de los aranceles portuarios, y leyendo la letra pequeña de la política, las marcas chinas han descubierto que no tienen por qué centrarse en los eléctricos para conquistar Europa. La medida del Parlamento sólo contempla a los eléctricos, pero no dice nada de otro tipo de mecánicas electrificadas, ni de híbridos ni de híbridos enchufables. Eso ha abierto la puerta, una vez más, a los fabricantes chinos, que rápidamente han cambiado su política comercial abrazando nuevas mecánicas y sistemas de propulsión. Por no mencionar la intención de muchos de esos fabricantes de derivar a Europa parte de la producción.
En tales menesteres BYD es la empresa más activa. Tras confirmar que Hungría albergará su primera fábrica en suelo europeo, iniciará las operaciones a finales del próximo año, los de Shenzhen han dado comienzo a una nueva estrategia, apostar por los híbridos enchufables. El Seal U DM-i es el primero de ellos. BYD no es la única en optar por esta solución. MG ha hecho lo mismo con el MG3 Hybrid+, su primer híbrido en Europa. La antigua compañía británica ya ha reconocido que el próximo año ampliará su oferta híbrida enchufable. Lo mismo ha declarado Leapmotor. La empresa asociada al Grupo Stellantis presentará a principios del próximo año su primer EREV bajo la carrocería del C10.
China ha cambiado de planes rápidamente, mucho más rápido de lo que muchos pensaban y en cierto modo lo han hecho obligados por la situación comercial del país. Si bien las ventas eléctricas en China siguen creciendo rápidamente, el ritmo se ha ralentizado ante una más que evidente desaceleración económica. Esto ha llevado a muchos fabricantes a abrirse al extranjero, principalmente Europa. Los híbridos e híbridos enchufables chinos han duplicado su presencia en el Viejo Continente pasando del 9% del volumen total al 18%, mientras que el volumen de coches eléctricos ha caído del 62 al 58% en el mismo periodo. Es probable que la tendencia siga en aumento. Si bien esta es una noticia positiva, pone de manifiesto que ahora China depende de Europa y de sus coches menos electrificados.