Con el desarrollo continuo de la batería de ion-litio y su creciente adopción en todos los niveles de la industria, surge una gran necesidad de gestionar sus residuos. Además, la escalada de las baterías de iones de litio como fuente energética tanto para dispositivos electrónicos de consumo (teléfonos, ordenadores, tablets…) como para vehículos automotrices (coches, furgonetas, camiones, vehículos industriales…) está estimulando un enorme mercado dedicado a reciclarlas y gestionar sus residuos una vez han llegado al final de su vida útil.
A fin de limitar el posible impacto –tanto medioambiental como para la salud humana– que puede generar una industria con un crecimiento en auge como es la de las baterías de ion-litio, varios organismos y autoridades están alentando a los gobiernos a que promuevan y premien el reciclaje y la reutilización de la nueva generación de baterías. Los Gobiernos de numerosas regiones, incluyendo China y determinados países de la Unión Europea, han creado iniciativas para motivar al consumidor a que colabore con la reutilización y reciclaje de los paquetes de baterías de sus dispositivos –sea cual sea su funcionalidad– una vez han llegado al final de su vida útil.
Alemania, por ejemplo, ha creado una ley que obliga a los consumidores a devolver las baterías una vez usadas, entregándolas en determinados negocios que se encargarán de su reciclaje. En cambio Estados Unidos, según un informe de FOE Europe, solamente recicla el 5% de las baterías de ion-litio que vende. Aún así, en 2017 el negocio del reciclaje de baterías con origen en el automóvil obtuvo los mayores ingresos de su historia. De entre todos los mercados, el de EE.UU. fue el que mayores ingresos generó.
En la actualidad, la Unión Europea está siendo testigo de una tendencia creciente en la cantidad de baterías de iones de litio que se reciclan cada año. Se espera que el aumento del reciclaje de baterías desechadas genere importantes beneficios, tanto para el medio ambiente como para la economía, ya que estas dinámicas impulsan nuevos negocios y reducen los desperdicios que se generan. Según un reciente informe de la consultora Esticast Research & Consulting, para el año 2024 las baterías de ion-litio con procedencia en el automóvil representarán el 50% del mercado global de reciclaje de baterías.
La Directiva de Baterías, creada por la Unión Europea en 2006 y considerada la más restrictiva de entre todos los gobiernos, es responsable de regular el reciclaje de las baterías en nuestro continente. Esta directiva fue configurada para hacer frente al creciente número de baterías que entran al mercado de la UE mediante el comercio internacional. Aproximadamente 800 toneladas de baterías automotrices, 190 toneladas de baterías industriales y 160 toneladas de baterías de electrónica de consumo llegan a la Unión Europea todos los años.
El objetivo principal del reciclaje de baterías de iones de litio es la recuperación del cobalto, ya que tiene un alto valor económico y es una materia prima crucial para el mercado de la Unión. En la actualidad, el mercado europeo representó casi el 30% de los ingresos globales en materia de reciclaje de baterías durante 2017. Sin embargo, se espera que países como China e India experimenten una enorme tasa de crecimiento en un futuro cercano motivados por la emergente industria automotriz, con la incursión de las llamadas "nuevas energías" –incluyendo el coche híbrido enchufable y eléctrico– en el mercado local y al creciente número de baterías de iones de litio que se fabrican y venden en estas dos economías emergentes en consecuencia.
Según las estadísticas publicadas por la Agencia Internacional de la Energía, el sector del transporte genera casi el 23% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Esta alarmante cifra actúa a día de hoy como un factor estimulante para aumentar el uso de la electricidad y las baterías de iones de litio en los automóviles, lo que eventualmente llevará a un mayor reciclaje de las baterías. Ahora bien, la responsabilidad final recae directamente en el consumidor: no solamente tendremos que actuar responsablemente a la hora de decidir la compra de un nuevo coche, sino que también será de vital importancia ser conscientes de la necesidad de reciclar o reutilizar un elemento tan valioso –a la vez que contaminante– como es la batería del coche híbrido y eléctrico una vez llegado el final de su vida útil.