En el ámbito del automóvil, por volumen y gustos o necesidades del grueso del público, es un mercado complicado. Por muy bueno que pueda llegar a ser aquí un coche se tienen que dar una serie de circunstancias específicas a la vez en el tiempo cuando un fabricante pretende lanzarlo al mercado, sobre todo si se trata de un nuevo modelo y no de una renovación o relevo. Es por esto que hay muchos coches que hasta años después de haberse lanzado, o incluso una vez que han dejado de fabricarse o venderse aquí, es cuando se les empieza a reconocer.
Exceptuando el éxito de sus coches híbridos, Toyota y también en general los fabricantes japoneses, no son muy dichos a innovar en términos de producto, y en Europa, más concretamente, en muchas ocasiones no hacen más que replicar lo que está teniendo éxito en otras marcas, aunque aplicando su punto de vista nipón sobre el producto final.
Este puede ser exactamente el caso del Lexus RC, un coche de calidad que llegó para competir con los coupé del segmento D, aunque a decir verdad llegó años después de que el Audi A5 despuntara en ventas y en pleno boom de los coches de tipo SUV. Por estas razones, además de su exoticidad y de que por 2016 cuando llegó al mercado los híbridos no despuntaban como lo hacen hoy día en cuanto a matriculaciones, fue un coche que pasó despercibido en el apartado comercial, aunque se vendió lo suficiente como para que exista una nutrida oferta de unidades de segunda mano.
Se trata de un coche realmente interesante en su versión 300h si las necesidades en el apartado práctico no son una prioridad, aunque sus 4,7 metros de longitud tiene un maletero de decente volumen (340 litros) y, a pesar de tratarse de un coupé , ofrece un espacio correcto en la fila trasera de asientos (salvando la distancia de la cabeza al techo, eso sí).
Más allá de su diseño o la calidad con la que está concebido su habitáculo (los interiores de estas generaciones de Lexus son los que mejor soportan el paso del tiempo), lo cierto es que lo que convierte al Lexus RC en un coche particularmente interesante entre la oferta de segunda mano es que en España sólo se comercializó en dos versiones, y la que recibió la mayor parte de las ventas se mueve gracias al impulso del indestructible sistema híbrido de Toyota que también toma lugar en el Lexus IX y Toyota RAV4, entre otros muchos modelos.
Dejando a un lado la el Lexus RC F y su V8, el RC 300h puede ser el coche más evocador de todos los que equipan o han equipado este sistema, principalmente por su diseño, pero también por la exclusividad que conlleva conducirlo, pues se trata de un coche no del todo habitual en las calles que por lo agresivo de sus líneas suele captar la atención de los viandantes.
Técnicamente el modelo hace uso de un bloque de gasolina atmosférico de 2 litros de capacidad y de un motor eléctrico que se embebe en la transmisión, que es de tipo CVT. En total la potencia conjunta es de 223 CV, lo que lleva al Lexus RC 300h a lograr una velocidad máxima de 190 kilómetros por hora y completar la aceleración desde parado hats los 100 kilómetros por hora en 8,9 segundos.
Su consumo homologado según NECD era de 4,9 litros, por lo que será ligeramente superior en circunstancias de uso cotidiano, pero será posible bajarlo de 5 litros si se conduce de manera eficiente.
Mientras estuvo a la venta en España, el Lexus RC llegó a tener un precio de partida de casi 50.000 euros, pero hoy en día las unidades más asequibles parten de los 25.000 euros, un precio similar al que tiene el primer coche híbrido de Dacia en España. A nuestro juicio, las que realmente merecen la pena son las pertenecientes a la primera serie, ya que los RC que luce el restyling de 2019 elevan su precio de manera muy significativa.
Las unidades más asequibles anuncian kilometrajes en el entorno de los 150.000 kilómetros. Teniendo en cuenta la durabilidad de estos motores, comprar una de las más baratas con el fin de ahorrar el máximo dinero posible no es nada descabellado. Igualmente, entre los 27.000 y 29.000 euros hay unidades que se encuentran aún lejos de llegar a los 100.000 kilómetros recorridos, por lo que estas pueden ser las que mejor relación entre precio y uso tienen.
Como siempre es recomendable cuando se valora la compra de un coche híbrido de Toyota de segunda mano, se ha de tener especial cuidado a la hora de ver que todos sus mantenimientos están al día, y que tanto el motor eléctrico como el batería gozan de buena salud. A decir verdad, este último componente es el único que debería preocupar ligeramente a los compradores, ya que tiene una vida de unos 250.000 kilómetros o unos 15 años, por lo que se ha de tener en cuenta el coste de su sustitución, de unos 2.000 euros.
También se ha de comprobar que el motor térmico goza de una buena refrigeración y que ha recibido sus cambios de aceite de manera precisa para prevenir indeseados fallos de culata, aunque, insistimos, se trata de uno de los propulsores más fiables que se han vendido hasta la fecha.