El crecimiento en el mercado que tendrán los coches eléctricos e híbridos enchufables (PHEV) a partir de la próxima década ha levantado, levanta y levantará muchas incógnitas, desde qué hacer con las baterías una vez sacadas de los vehículos, hasta las formas de incentivar y acelerar su incidencia en el mercado. Otra de las grandes pregunta qué harán las grandes petroleras para sobrevivir una vez la demanda de petróleo empiece a caer.
Las grandes empresas del petróleo han vivido de la alta demanda de esta materia durante más de cien años, pero ahora empiezan a estudiar cómo ofrecer energía a los vehículos eléctricos. El problema, sin embargo, es que las eléctricas, que tradicionalmente han vivido de satisfacer las demandas energéticas de empresas y hogares, quieren hacer lo mismo, ya que si de algo saben, es de proporcionar energía. Las ventas de eléctricos aumentarán, según Bloomberg, un 8.800% entre 2017 y 2040, de lo que resultará un negocio muy atractivo para las dos partes. Hay expertos y analistas que piensan que habrá una gran disputa, pero también los hay que creen que podrán coexistir.
Una combinación de las dos industrias
Por primera vez se dará una combinación entre empresas de las dos industrias con tal de aprovechar una nueva oportunidad de negocio al tiempo que la demanda de combustible caerá progresivamente. Las grandes petroleras, además de ofrecer gasolina, han sustentado gran parte de su negocio en las áreas de servicio. BP, por ejemplo, estima que la mitad de sus ingresos brutos procede de las ventas de otros productos en su estaciones. Es por eso que, por ejemplo, la misma BP anunció que invertirá 170 millones de dólares para comprar Chargemaster, una empresa de carga de vehículos eléctricos, para incluir puntos de dicha compañía en sus estaciones de servicio y así seguir aprovechando una de sus grandes bazas, la venta de refrigerios, comida y otros artículos mientras los usuarios de eléctricos cargan sus vehículos.
Sin embargo, hay expertos que predicen que solo menos del 5% de los vehículos eléctricos se cargarán durante la marcha, siendo la carga vinculada (en casa) o en destino las principales fuentes de carga para sus usuarios. Es aquí donde las eléctricas y las energéticas tienen su principal oportunidad, porque supondrá un aumento exponencial de la demanda de electricidad para los hogares y otros establecimientos, como hoteles o centros comerciales.
La batalla
La batalla, aun así, se concentrará en la infraestructura de carga a lo largo de las principales carreteras y rutas del mundo, donde puntos de carga coexistirán con áreas de servicio y rivalizarán todas las empresas, tanto las eléctricas y energéticas como las petroleras. Es probable que las grandes petroleras, como BP o Shell no se conformen con coexistir con las demás empresas en un ecosistema que podría ser sostenible para todos, sino que ambicionen más control.
Sin ir más lejos, Shell, que espera que el 40% de los eléctricos se carguen en casa y otro 40% en el trabajo, compró el año pasado First Utility, el séptimo proveedor de energía más grande del Reino Unido. La misma empresa también admitió que negociaba la compra de NewMotion, el proveedor de carga de eléctricos más grande de Europa y que firmaría un acuerdo con Ionity, la red de carga de alta velocidad de fabricantes como BMW, Daimler o Volkswagen, entre otros. Expertos aseguran que el éxito de cada sector variará según cada país.
La situación española
En España, todas las empresas energéticas, como Iberdrola, Endesa, Naturgy (antes Gas Natural) e incluso Repsol, están interesadas en las oportunidades que abrirá el aumento de la demanda de coches eléctricos. Naturgy, por ejemplo, ha anunciado que desarrollará Servicar, un servicio que facilitará la instalación de puntos de carga en comunidades de vecinos y empresas que quieran ofrecer a sus trabajadores la oportunidad de cargar sus eléctricos en su puesto de trabajo e Iberdrola ha anunciado un acuerdo con Avia para instalar puntos de recarga, con un objetivo de 25.000 para el año 2021, 16.000 de los cuales estarían en casas privadas.
Por otro lado, Endesa lanzó en 2015 un plan de movilidad para sus trabajadores, con la meta de que, al menos, el 10% de sus empleados se pase a la movilidad eléctrica para 2020. Endesa, que según el Observatorio de la Sostenibilidad es la eléctrica que más contribuye al cambio climático desde España, lleva siete años estudiando el sector eléctrico, pero hasta ahora no ha llevado a cabo acciones. Hace poco, anunció un plan para instalar en tres años 600 puntos de recarga de acceso público.