Todo el mundo esperaba la reacción de Toyota ante la electrificación. Los padres de la movilidad híbrida no han sabido reaccionar rápidamente ante la era del coche eléctrico. Los japoneses han actuado tarde y parece que mal. A finales del año pasado presentaron una ambiciosa estrategia que no ha hecho más que tener problemas. A pesar de que los japoneses son conocidos mundialmente por su paciencia, la falta de beneficios ha obligado a Toyota a reevaluar su agenda eléctrica a corto plazo, lo que a su vez está suponiendo importantes retrasos en los próximos lanzamientos.
De la noche a la mañana Toyota presentó una hoja de ruta con 30 modelos 100% eléctricos, una inversión de 35.000 millones de dólares hasta 2030, y la transformación de Lexus en una marca exclusivamente eléctrica. Esa fue la importante apuesta que los japoneses pusieron sobre la mesa hace un año. Desde entonces los problemas no han hecho más que sucederse. La situación es insostenible y la cúpula directiva se ha visto obligada a reevaluar toda la estrategia, aunque en repetidas ocasiones se ha reafirmado en su política comercial.
Las cifras originales indicaban ventas de 3,5 millones de vehículos basados en la plataforma eléctrica e-TNGA antes de concluir el 2030. A lo largo de este 2022 las ventas han sido meramente testimoniales y las cifras no encajan. Toyota no llega al plazo fijado y por eso deben hacer cambios tanto en la estrategia de lanzamientos como en las unidades que están por llegar. La fuerte inversión en el coche eléctrico debe dar beneficios, algo que no ocurre en la actualidad y todas las miradas apuntan a la plataforma.
Tratándose de una conversión de la estructura TNGA que emplean actualmente casi todos sus modelos, la versión eléctrica resulta muy cara a los intereses de la compañía. Un equipo de analistas internos está estudiando detalladamente la conveniencia de cambiar la plataforma. Hasta que se tome la decisión todos los desarrollos están paralizados, acumulando retrasos importantes en una estrategia que ya de por sí iba tarde. Todo hace indicar que a los japoneses no les quedará más remedio que desarrollar una plataforma específica para sus coches eléctricos.
Así es como lo han hecho la mayoría de los fabricantes, como por ejemplo Volkswagen con la arquitectura MEB. Los primeros en saber cuál será la nueva estrategia serán los propios proveedores. La nueva versión del plan a tres años se presentará a lo largo del primer tercio del año que viene. La reorganización será total, no sólo en la oferta, también en la lista de proveedores y lanzamientos. El desarrollo de una plataforma exclusiva para eléctricos llevará su tiempo, no menos de tres años. Toyota no puede paralizar la actividad durante ese tiempo, así que buscará soluciones alternativas para suplir la demanda.
Hace apenas unos días, la división europea anunció que sus planes de electrificación para el Viejo Continente implican cinco lanzamientos en los próximos años. Con el Toyota bZ4X todavía sin llegar a los concesionarios de forma masiva, la estrategia para Europa consiste en lanzar nuevos modelos de la familia bZ. Uno de ellos se basará en el recién presentado Toyota C-HR Prologue, y llegará como híbrido e híbrido enchufable. Hasta dentro de unos meses no sabremos cual es la decisión final tomada por los japoneses, aunque todo hace pensar que habrá un nuevo planteamiento.
