MAHLE ha presentado dos nuevas soluciones de filtro de aire estandarizados para pilas de combustible en coches eléctricos de hidrógeno. Dos nuevos filtros con un enfoque modular gracias al cual se podrá reducir significativamente los tiempos y costes de desarrollo, y que permitirá a los fabricantes tener acceso directo a un componente listo para usar, completamente desarrollado, en lugar de tener que diseñarlos individualmente para cada vehículo.
Los nuevos filtros de aire MAHLE están pensados para pilas de combustible con una potencia de 25 a 50 kW o de 80 a 120 kW, dependiendo del modelo. Su función es proteger las pilas de combustible de gases y partículas nocivas, asegurando el buen funcionamiento de la pila durante toda su vida útil y cuidando que el oxígeno que entre sea lo más limpio posible, minimizando el uso de catalizadores más caros.
Recordemos que una pila de combustible es un dispositivo electroquímico que transforma la energía química en eléctrica. Para que tenga lugar la reacción química que da lugar a la electricidad que mueve el coche, necesitamos hidrógeno (combustible) y oxígeno (comburente). El hidrógeno se obtiene repostando los tanques del coche, mientras que el oxígeno se toma del exterior, de manera análoga a un coche de combustión interna. Sin embargo, el aire que entra al sistema está sucio y, como en los motores de combustión interna, necesita filtrarse.
Normalmente las pilas de combustible contienen platino como catalizador. Este carísimo metal (1 kilo cuesta unos 25.600 euros) es fundamental para convertir el hidrógeno y el oxígeno en agua, y conseguir que la energía generada en la reacción se libere en forma de energía eléctrica. Sin embargo, cuantos menos gases nocivos entren en la pila mediante el uso de filtros, menos platino se necesitará, por lo que el uso de filtros eficientes para aumentar el grado de pureza del aire se traduce en menores costes de fabricación del vehículo de hidrógeno.
Los dos nuevos filtros presentados por MAHLE confían su poder filtrante en varias capas: un material de sustrato garantiza la estabilidad mecánica, mientras que una capa de filtrado de partículas bloquea el 99,9 por ciento de partículas. Una capa molecular evita que el amoníaco entre en la pila de combustible, una capa de carbón activo absorbe los hidrocarburos no deseados y una capa adicional de carbón activo especialmente impregnada evita que el dióxido de azufre, el sulfuro de hidrógeno y los óxidos de nitrógeno lleguen a la celda.
La ventaja añadida de estos filtros es, como decíamos, simplificar, acelerar y abaratar el diseño de esta tecnología para poder implantarla de manera masiva en el mercado. Algo para lo que todavía se necesita un largo camino (los coches de hidrógeno son pocos y de precio desorbitado), pero en el cual MAHLE quiere aportar su grano de arena en pro de reducir las barreras tecnológicas de la pila de combustible.