La industria del automóvil está viviendo, en los últimos años, una de las transformaciones más importantes de su historia. La electrificación del automóvil, en mayor o menor grado, requiere que todos los actores que pertenecen a ella se planteen adaptarse a las nuevas circunstancias. Por eso no solo los fabricantes están asumiendo este cambio con importantes inversiones en nuevos modelos eléctricos, sino que también el punto de venta y los servicios de postventa deben adaptarse.
Según un estudio del Observatorio de Siniestros Asitur Focus, basado en una encuesta realizada a usuarios de coche eléctrico, uno de los mayores inconvenientes que encuentran es, "no encontrar un taller adecuado". Eso sí, esta preocupación se sitúa por detrás de las dudas habituales sobre la escasez de puntos de recarga y la todavía escasa autonomía de muchos modelos. El 13,2% de los encuestados cree que su póliza de seguros debería incluir "una cobertura más amplia de talleres", lo que se convierte en la segunda demanda más importante después de "obtener una rebaja en la póliza", elegida por un 18,2% de los encuestados.
Según datos de Navigant Research recopilados por el comparador de talleres Tallerator, se prevé que en 2025 los vehículos eléctricos representarán más del 9% del mercado del vehículo ligero para particulares. Esta circunstancia provocará un aumento de las averías en este tipo de vehículos a las que deberán adaptarse la mayoría de los talleres. Las futuras averías no estarán únicamente relacionadas con la nueva mecánica electrificada del automóvil, sino también con los nuevos sistemas electrónicos relacionados con la conducción autónoma y la conectividad.
Las tres claves para adaptar un taller a la llegada de las nuevas tecnologías del automóvil.
Las claves para adaptar un taller al coche eléctrico
Tres son las claves para adaptar un taller convencional a la llegada del coche eléctrico: la recarga, las herramientas especializadas y la formación del personal.
El primer paso es instalar puntos de recarga que servirán tanto para poder cargar vehículos mientras permanecen en el taller, como para encontrar y solucionar averías referidas a este sistema. Además puede convertirse en un aliciente para el cliente, que encontrará en el taller un nuevo aliado para la recarga. La modificación de la figura del Gestor de Carga preparada por el gobierno permitirá a los talleres ofrecer esta posibilidad a sus clientes con una simple comunicación, sin requerir previamente una expresa modificación estatutaria.
Un box eléctrico es un espacio habilitado por el taller que contiene todas las herramientas necesarias y específicas para la reparación de las averías de los coches eléctricos, muy diferentes mecánicamente a los de combustión. Una de las herramientas fundamentales es un multímetro de 1.000 voltios para realizar mediciones de voltaje. Gafas de seguridad, guantes de protección y herramientas de trabajo aisladas son también necesarias para trabajar con seguridad con componentes como las baterías de alto voltaje, que pueden desprender sustancias tóxicas.
Por último, es fundamental la formación de los trabajadores para que conozcan las peculiaridades de los diferentes sistemas eléctricos y componentes, como el inversor, la batería y los motores eléctricos que se encontrarán en cada una de las tecnologías de electrificación. También deben aprender a manejar las herramientas específicas que necesitarán para ello y las medidas de seguridad que deben adoptar en su trabajo.
El presupuesto necesario para esta transformación dependerá de las dimensiones del taller y también del tipo de cargador, las obras necesarias y las necesidades de contratación de personal y horas de formación que se decidan dedicar.