El coche eléctrico está creciendo de forma exponencial, pero sigue representando una pequeña parte de la cuota de mercado a nivel global. ¿Qué podemos esperar a lo largo de los próximos años? RJ Scaringe, CEO de Rivian, parece tenerlo claro. El potencial de las mecánicas eléctricas acabará por imponer su ley en los próximos años. Así lo ha reconocido en una entrevista reciente, afirmando, además, que comprarse un coche de combustión interna hoy es como haber adquirido un establo en la década de 1910. ¿A qué se debe esta comparación?
Veamos qué hay detrás de estas afirmaciones, por qué se trata de una comparativa de la que no puede realizarse una estimación concreta para los próximos años y, por supuesto, hasta qué punto estamos viviendo una revolución en el transporte privado. ¿Quién iba a decir que un coche eléctrico lideraría las ventas a día de hoy? He aquí algunas de las claves de lo que está por llegar.
El CEO de Rivian deja una frase célebre que explica la industria del automóvil actual
¿Es buena idea comprarse un coche que funciona gracias a los combustibles fósiles? El CEO de Rivian, RJ Scaringe, ha dejado una frase que podría explicar lo que está ocurriendo en la industria del automóvil. En el siglo XIX, construir un establo tenía mucho sentido, ya que ofrecer un servicio de cuidado a la caballería permitía ganarse la vida honradamente. Ahora bien, ¿por qué se pone énfasis en la década de 1910? Para entonces, el automóvil comenzaba a tener un gran protagonismo en las calles y caminos.
Si extrapolamos esta misma situación al momento actual, el establo equivaldría al coche de combustión que podemos ver ahora. En cualquiera de sus dos variantes, diésel o gasolina, se puede observar un importante problema. Una opción eléctrica es mucho más eficiente, produciéndose, además, una amortización de su coste de forma mucho más temprana. Esto convertiría a las propuestas tradicionales en alternativas sin un gran potencial futuro.
Echando un rápido vistazo a la industria, se puede observar cómo las comercializaciones de opciones diésel han caído en picado en los últimos años. El escándalo de las emisiones conocido como Dieselgate, unido a su mayor coste de mantenimiento, ha provocado que esta tecnología haya perdido una gran parte de su credibilidad. En su defecto, parte de las ventas no están siendo absorbidas por las motorizaciones de gasolina, sino que cada vez son más las ventas que incorporan una mecánica, al menos, híbrida.
Sea como fuere, algunos fabricantes convencionales que invirtieron miles de millones de euros en reducir las emisiones de los motores térmicos, no podrán rentabilizar todo ese dinero. Por el contrario, fabricantes de nueva factura como Tesla o Rivian, están aprovechando la sencillez que caracteriza a las mecánicas eléctricas para ofrecen productos revolucionarios y eficientes. De acuerdo con The Driven, tan solo quedan unos pocos años para saber si el CEO de Rivian tiene razón con su afirmación.