Reza un dicho que la realidad supera a la ficción y hoy estamos ante uno de esos casos. Las disputas entre empresas privadas y gobiernos no es nada nuevo ni extraño. Siempre existe una tensión entre lo público y lo privado, pero en Italia acaban de alcanzar un nuevo nivel. Las luchas entre el ejecutivo de Georgia Meloni y el Grupo Stellantis han provocado un movimiento increíble. El Alfa Romeo Milano, el primer SUV eléctrico de la compañía en sus más de 100 años de historia, ya no se llamará así. A partir de ahora será conocido como Alfa Romeo Junior y hay un motivo para ello.
Retrocedamos un poco en el tiempo, apenas una semana. El pasado día 10 de abril, en una gran ceremonia internacional, Alfa Romeo presentó en sociedad el Milano. Tras tres años de desarrollo, cientos de millones de euros invertidos y una gran campaña de publicidad, el SUV más pequeño de la familia, el primero 100% eléctrico, se presentaba ante el mundo. El Milano llamó la atención nada más dejar verse, incluso antes por culpa de unas filtraciones poco favorecedoras. Aunque el diseño fue lo más comentado, ha terminado siendo el menor de los problemas para un coche que nace señalado.
Italia se basa en una ley de hace más de 20 años para prohibir el nombre de Milano
Meses antes de esa revelación oficial, en diciembre del año pasado, Alfa Romeo anunció el nombre como paso previo al lanzamiento. Milano, una denominación que trataba de rendir homenaje a la ciudad natal de la compañía. Hasta entonces todo transcurría con normalidad. Una agenda de revelación corriente en la industria, aunque tras bambalinas las tensiones entre Stellantis, principalmente entre Carlos Tavares, el CEO de la compañía, y la propia Meloni, Primera Ministra italiana. Cruce de declaraciones y posiciones agresivas para que la empresa adjudicara a Italia un mayor volumen de producción de vehículos. Tavares nunca se ha negado a eso, pero exigía colaboración por parte del Gobierno.
La gota que ha colmado el vaso ha sido el hecho de que el Milano no iba a producirse en Italia sino en Polonia. Adolfo Urso, Ministro de Industria, aseguró que tomarían medidas legales contra Stellantis por el uso inapropiado de la palabra Milano. Según él, un coche no puede llamarse Milano y ser fabricado en otro país. En 2003, Italia aprobó una ley para preservar el concepto “Made In Italy”. En dicha ley se intenta evitar el uso de palabras asociadas con Italia con productos que no sean realmente italianos. A finales de la semana pasada, apenas dos días después de la revelación internacional, comenzaron las primeras críticas oficiales.
Lo que no esperábamos es un cambio tan rádical y tan rápido en el guión de esta particular historia. Tras surgir las acusaciones del Ministro, así como de otros miembros del Gobierno, Stellantis ha tomado la drástica decisión de cambiar el nombre a su último producto. Con menos de una semana de vida el Milano es historia. A partir de ahora tendremos que decir Alfa Romeo Junior, un nombre cuanto menos extraño para un coche de Alfa. Salvo por el cambio de nombre, Stellantis no va a modificar ningún aspecto del coche. Se seguirá produciendo en Polonia y llegará al mercado después del verano. En el comunicado de prensa oficial Stellantis asegura que cree tener la razón con el nombre de Milano, pero busca calmar las aguas con el Gobierno italiano por el bien de ambas partes.
