Es imposible negar que Elon Musk se ha convertido en una de las figuras más polémicas y mediáticas del planeta. El empresario, dueño de empresas como Tesla y SpaceX, se ha convertido en el hombre más rico del mundo tras llevar al éxito todas y cada una de sus compañías. Visionario para muchos, megalómano para otros, lo que nadie puede dudar es que Musk ha transformado el mundo en el que vivimos. Desde cómo viajamos al espacio a cómo nos moveremos en el futuro. Sin embargo, el último año ha afectado a su popularidad. El propio Musk estableció una hoja de ruta, un “Plan Maestro” para Tesla hace unos años. Ahora anuncia una nueva fase tras haberse saltado un paso en el camino.
Hay que retroceder hasta el año 2006 para datar los orígenes de esa agenda estratégica para Tesla. Por entonces, la compañía apenas era conocida. Tan sólo unos pocos expertos de California sabían de su existencia. En aquella época Musk publicó una especie de memorando corporativo titulado: “El plan maestro secreto de Tesla Motors (sólo entre tú y yo)”. La carta no era más que la publicación de cuatro pasos decisivos que iban a convertir a Tesla en la mayor empresa de la industria del automóvil. Un atrevido plan de transformación de un sector centenario donde los cambios se han sucedido poco a poco. Los puntos fueron los siguientes:
- Construir un coche deportivo
- Utilizar ese dinero para construir un coche asequible
- Utilizar ese dinero para construir un coche aún más asequible
- Además de hacer todo lo anterior, también se deben ofrecer opciones de generación de energía eléctrica con cero emisiones
Un plan con fisuras que cambia a voluntad de su creador
Está claro que los americanos han logrado completar los dos primeros pasos. Tesla tuvo su primer Roadster y posteriormente ha conformado la familia eléctrica más exitosa del mundo. En gran medida por su razonable, que no asequible precio. El tercer paso era posiblemente el más esperanzador. Un coche capaz de acercar la movilidad eléctrica a un público general y mayoritario. Durante muchos años hemos soñado y hablado del Tesla Model 2. Un coche eléctrico compacto con un precio inferior o aproximado a los 25.000 euros. Sin embargo, su proyecto se ha diluido, como el azúcar en el agua.
No se sabe nada del Model 2, pero sí hemos sabido que Tesla podría (nótese el uso del condicional) estar trabajando en un coche económico para China. Un Model Y más pequeño y básico con el que Tesla intentará plantar cara a la cada vez más exigente competencia del mercado eléctrico chino. Llegue o no llegue ese coche, lo que está claro es que Tesla se ha quedado estancada en el segundo de los pasos anunciados por Musk hace ahora casi 20 años. De hecho, el plan ha cambiado bastante. Tesla parece haberse olvidado de ese cuarto punto, o al menos lo ha transformado.
Nadie habla ya de una fuente energética de cero emisiones, pero sí hablamos de forma constante de robots y conducción autónoma. El gran anhelo de Musk es convertir a Tesla en una de las mayores empresas de tecnología del mundo. Sin embargo, en este preciso momento, la empresa vive su etapa más oscura. La imagen de la compañía parece manchada por las declaraciones, compañías y decisiones tomadas por su CEO a lo largo del último año. La entrada de Musk en la política americana no ha sentado bien a muchos de sus clientes y potenciales compradores. Las ventas caen en todas las regiones mientras que se eleva el tono de las protestas contra Tesla y Musk.