Baterías en su zona de confort: el arte de la gestión térmica en coches eléctricos

Mientras la industria automotriz acelera su transición hacia la electrificación, existe un factor crucial que a menudo permanece en segundo plano: la gestión térmica de las baterías de los vehículos eléctricos.

Una buena gestión térmica garantiza el rendimiento y la seguridad de las baterías
Una buena gestión térmica garantiza el rendimiento y la seguridad de las baterías
20/03/2025 11:00
Actualizado a 20/03/2025 14:25

Más que una simple cuestión técnica, la gestión térmica de las baterías de los vehículos eléctricos juega un papel clave en la seguridad, el rendimiento y la durabilidad de las baterías que impulsan los coches del futuro.

¿Por qué es importante la gestión térmica?

Imagina correr un maratón bajo un sol abrasador sin agua ni sombra. Esta analogía refleja perfectamente lo que ocurre con una batería de un vehículo eléctrico sin sistemas adecuados de enfriamiento o calentamiento. Porque las baterías funcionan mejor dentro de un rango de temperatura específico. Si hace demasiado calor, se corre el riesgo de sobrecalentamiento, provocando, irremediablemente que su vida útil se acorte. Por el contrario, si hace demasiado frío, el rendimiento de la batería se reduce drásticamente.

Los vehículos eléctricos modernos enfrentan estos desafíos a diario, ya sea en las bulliciosas calles de la ciudad o en las carreteras nevadas de las montañas. Y los sistemas de gestión térmica garantizan que, sin importar el entorno, las baterías se mantengan en su zona de confort óptima, ofreciendo un rendimiento y una seguridad consistentes.

Los últimos avances

Los avances en la tecnología están revolucionando la gestión térmica de las baterías en los vehículos eléctricos. Ejemplo de ello son, por ejemplo, los sistemas de enfriamiento líquido, presentes en modelos como los de Tesla y BMW, que hacen circular por la batería refrigerantes que absorben y disipan el calor de manera eficiente, garantizando la seguridad y el rendimiento, incluso durante sesiones de carga rápida, donde las temperaturas pueden aumentar considerablemente. 

Por otro lado, el enfriamiento por aire, más simple y económico, sigue siendo una opción viable en climas moderados, especialmente para vehículos híbridos, aunque su eficacia disminuye en condiciones extremas. 

Otra tecnología de gestión térmica más novedosa se correspondería con los materiales de cambio de fase, que están emergiendo como una solución compacta y confiable, ya que almacenan y liberan energía térmica al cambiar de estado sólido a líquido y viceversa, actuando como un amortiguador frente a picos de temperatura. 

Finalmente, los controles inteligentes basados en inteligencia artificial están transformando el panorama, ajustando dinámicamente el enfriamiento o calentamiento según el comportamiento de la batería, mejorando así la eficiencia energética y prolongando su vida útil.

¿Qué nos depara el futuro?

Innovaciones como la refrigeración directa por inmersión utilizando fluidos dieléctricos están marcando un hito en la gestión térmica de baterías. Este enfoque, que consiste en sumergir directamente las celdas de la batería en un fluido no conductor, permite una transferencia de calor mucho más eficiente en comparación con los métodos tradicionales. 

Los fluidos dieléctricos tienen la capacidad de absorber rápidamente el calor generado durante la carga o descarga de la batería, distribuyéndolo uniformemente y evitando puntos calientes que podrían comprometer el rendimiento o la seguridad del sistema. Además, esta tecnología ofrece una seguridad sin precedentes, ya que los fluidos dieléctricos no son inflamables, reduciendo considerablemente el riesgo de incidentes como el sobrecalentamiento o la fuga térmica. 

Los fluidos dieléctricos no son inflamables, reduciendo el riesgo de incidentes como el calentamiento o la fuga térmica


Aunque se encuentra todavía en fase de desarrollo e implementación, se empiezan a ver los primeros paquetes de baterías comerciales que usan este sistema, como es el caso del sistema IMMERSIO XM25 de XING Mobility. Con el tiempo, esta innovación podría convertirse en un estándar, combinando eficiencia térmica y seguridad con un diseño compacto y sostenible.

En definitiva, los sistemas de gestión térmica pueden no ser lo primero que venga a la mente al considerar un vehículo eléctrico, pero están moldeando silenciosamente la industria, al garantizar la seguridad, mejorar el rendimiento y allanar el camino para cargas más rápidas y baterías más duraderas. 

Así que, la próxima vez que escuches hablar de un coche eléctrico batiendo récords de autonomía o rendimiento, tómate un momento para apreciar la tecnología que mantiene esas baterías en su rango de temperatura óptimo. Después de todo, una batería bien refrigerada es una batería que otorga un mayor rendimiento y, sobre todo, una mayor seguridad.