¿Debería Elon Musk retirarse de Tesla? Su incoherencia polariza a la marca que más ha hecho por los coches eléctricos

El CEO comienza a ser un auténtico lastre para Tesla. La polarización política y su impacto en la percepción de los vehículos eléctricos van más allá de la anécdota.

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Elon Musk ha llevado la polarización hasta los coches eléctricos.
19/03/2025 14:58
Actualizado a 19/03/2025 14:58

Dos prestigiosas consultoras Hill Research Consultants y el EV Politics, publican un estudio que relaciona la opinión que tienen sobre el CEO de Tesla los conductores y el tipo de coche que conducen. El resultado que obtienen es, al menos, sorprendente. Elon Musk, abanderado de la revolución eléctrica, divide más de lo que une.

Según la encuesta, realizada en noviembre de 2024 a 600 votantes estadounidenses, las opiniones sobre Musk varían radicalmente no solo por afiliación política, sino también por el tipo de vehículo que se conduce. Un dato paradójico: los propietarios de coches de gasolina ven a Musk con mejores ojos que los dueños de vehículos eléctricos.

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El apoyo de Musk a Trump y sus polémicas actuaciones han hecho caer a Tesla en Bolsa y en ventas.

La paradoja que hace pensar sin Elon Musk es ya una carga para Tesla

El 42% de los propietarios de vehículos de combustión interna tiene una opinión favorable del empresario, frente a solo el 35% de los dueños de eléctricos. Esto resulta sorprendente, ya que Musk ha sido durante muchos años sinónimo de movilidad sostenible gracias a Tesla. ¿Cómo se explica esta brecha?

Los analistas apuntan a dos factores clave. Primero, Musk ha intensificado en los últimos años declaraciones y acciones que resuenan en sectores tradicionalmente asociados a los combustibles fósiles, como su defensa de la libertad de expresión en redes (X/Twitter) o críticas a políticas progresistas.

Segundo, su apoyo público al recién elegido presidente Donald Trump, probablemente la figura más polarizante en la actualidad, que refuerza su imagen como líder alineado con posturas conservadoras.

Aquí entra en juego la afiliación política. El 76% de los votantes demócratas ve a Musk de forma desfavorable, mientras que el 70% de los republicanos lo aprueba. Esta dicotomía refleja un cambio notable. Si bien antes estaba asociado a la innovación verde, que es una causa históricamente en el lado de los progresistas, Musk ha migrado simbólicamente hacia la derecha.

Su estilo confrontativo y su retórica anti-‘woke’ lo han distanciado de un electorado clave para los vehículos eléctricos que son los jóvenes urbanos y concienciados climáticamente.

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Los ‘amigos’ que rodean a Elon Musk no son precisamente los que más defienden las ideas progresistas.

¿Las opiniones sobre Musk perjudican a Tesla?

El estudio revela un dato alarmante para la marca: entre quienes planean comprar un coche eléctrico en el próximo año, solo el 63% tiene una opinión favorable de Tesla. Comparativamente, otras marcas superan ampliamente ese porcentaje:

  • Volkswagen: 73%
  • Ford: 76%
  • Toyota: 94%

Esto sugiere que la polarización en torno a Musk está desviando clientes potenciales hacia marcas tradicionales, percibidas como menos controvertidas. Aunque Tesla sigue dominando el mercado de en ventas, su ventaja se erosiona frente a rivales que combinan tecnología eléctrica con una imagen neutral.

Toyota, con un 94% de encuestados a su favor, es un ejemplo de esta tendencia. La marca japonesa ha sabido capitalizar su reputación de fiabilidad y su estrategia híbrida de transición gradual a eléctricos, atrayendo tanto a escépticos de los vehículos eléctricos como a los ‘early adopters’. Además, al no vincularse a una figura carismática y potencialmente divisiva como Musk, evita que su imagen corporativa se mezcle con debates políticos.

Ford y Volkswagen, por su parte, han adoptado un planteamiento similar: priorizan la electrificación sin romper del todo con su legado industrial. Ford, con modelos como la F-150 Lightning, atrae a un público tradicionalmente fiel a las pickup, mientras que Volkswagen apuesta por diseños accesibles que no generan rechazo ideológico.

Finalmente, el informe plantea una pregunta incómoda: ¿debería Tesla distanciarse de su CEO para no perder cuota de mercado? Aunque Musk es indisoluble de la marca, su influencia podría estar pasando factura. Mientras competidores apuestan por mensajes centrados en sostenibilidad sin polémica, Tesla corre el riesgo de quedarse atrapada en guerras culturales que poco tienen que ver con la tecnología.

Sin embargo, no todo son malas noticias. Tesla mantiene ventajas clave: una red de carga extensa, un software muy trabajado, incluyendo un sistema de conducción autónomo muy evolucionado y una base de fans leales. Además, el 35% de propietarios de los vehículos eléctricos aprueban. Una cifra que, aunque menor que el de otras marcas, sigue siendo un núcleo significativo.