Cuando Donald Trump fue elegido como presidente de Estados Unidos, todo el mundo sabía que cumpliría con sus promesas electorales, entre las que estaba una política arancelaria más estricta para proteger a los fabricantes locales. El apoyo de Elon Musk al Gobierno norteamericano está empezando a perjudicar claramente a Tesla.
La marca de vehículos eléctricos atraviesa la considerada como peor racha comercial de su historia, y el valor de las acciones en Bolsa ha caído de picado tras un subida considerable durante las primeras semanas posteriores a la elección de Trump en el poder.
Canadá no quiere a Tesla en su mercado
El líder republicano comenzó su mandato con la propuesta de aranceles del 25% a Canadá y México, además de unas tasas extra del 10% a China. Después el punto de mira lo puso en la Unión Europea, donde la subida de los derechos de importación también se han establecido en un 25%.
Lo que ocurre es que los países afectados están vengándose de esto, y hay que tener en cuenta que son mercados importantes para Tesla, lo que está jugando en contra de la marca que tiene a Elon Musk como CEO.
Parece tener poco sentido que Tesla apoye el ataque a países como Canadá y México, en los que fabrica buena parte de las piezas con las que se ensamblan los vehículos en la fábrica de Estados Unidos, por no hablar de que en China tiene otra planta de vehículos con la que exporta a distintos territorios del mundo.
Europa, por su parte, históricamente ha tenido al Tesla Model Y y el Tesla Model 3 como los modelos más matriculados del ránking absoluto, y lo cierto es que ahora las ventas están lejos de lo que fueron antaño, como ocurre con el resto de territorios mencionados.
Adiós a los incentivos
Canadá en concreto, le ha declarado la guerra directamente a Tesla por el apoyo de Elon Musk a Donald Trump, quien además le ha dado un puesto de asesor a Musk en la Administración norteamericana.
El Gobierno canadiense respondió con unos aranceles de hasta el 100% a los modelos de Tesla en el país si Trump no se echaba atrás, pero es que, además, ha dejado fuera del Salón del Automóvil de Vancouver a la marca liderada por Musk. Esto último, principalmente alegando que es un problema para la seguridad del evento, dadas las protestas y los actos de vandalismo que está sufriendo Tesla.
Pero hay más, porque desde hace unos días Canadá no permite que los cargadores de Tesla entren en los incentivos del país, e igualmente están excluidas de estas ayudas a la compra las baterías de almacenamiento.
Y ya desde principios de mes se habían expulsado los vehículos de Tesla del programa de incentivos para vehículos que vayan a prestar servicios de transporte compartido o taxi, sentenciando, Olivia Chow, alcaldesa de Toronto que “tendrán que buscar otra marca de coche”.