Rolls-Royce vende más coches que nunca (aunque no le importa demasiado el volumen) y también los vende más caros que nunca antes (esto es aún más importante). Estas dos cosas son positivas, pero la marca británica tiene un problema: no es capaz de cubrir la demanda de coches con carrocería bitono, una característica muy demandada entre sus clientes.
A la marca británica le va muy bien en términos generales, así que es lo que podríamos llamar un problema del primer mundo. Pero un problema muy real y, desde luego, una necesidad a la que tienen que poner remedio. Más de la mitad de los clientes piden un coche con carrocería de dos colores, pero sólo el 15% de los coches que fabrica Rolls-Royce combinan dos colores. Esto significa muchos clientes descontentos, o no del todo satisfechos, en una marca que pone los caprichos del cliente en primer plano.
Para solucionar este problema, Rolls-Royce ya tiene en marcha la solución, aunque tardará varios años en llegar. En una entrevista con Autocar, el nuevo jefe de la compañía, Chris Brownridge, confirmó que ya tienen los permisos para ampliar su fábrica de Goodwood -la única fábrica que tiene la marca-.
Entre las obras de ampliación, la prioridad será mejorar el taller de pintura y aumentar su capacidad de producción. Después de estas mejoras, será posible pintar un mayor número de coches en dos colores y satisfacer así la demanda. Eso sí, no ocurrirá de un día para otro. La parte nueva de la fábrica no estará lista hasta 2028 o 2029.
Un nivel de personalización a medida
Rolls-Royce es quizá el único fabricante de automóviles que no hace dos coches iguales. Es relativamente fácil que haya dos Ferrari de color rojo e interior negro, pero verdaderamente complicado que existan dos Rolls-Royce iguales. El nivel de personalización de cada Rolls-Royce puede llegar a ser una verdadera locura; el único límite, además de que sea técnicamente posible realizarlo, está en el presupuesto del cliente.
Si nos fijamos únicamente en el color exterior, veamos por ejemplo el caso del Spectre, el primer coche eléctrico de la marca. En la paleta normal, existen 62 colores diferentes para la carrocería, tanto para la pintura principal como la pintura de contraste. Entre las opciones bitono, hay dos posibilidades: pintar toda la parte superior del coche o sólo el techo y el capó (o con el capó en aluminio cepillado, aunque en ese caso no necesita pintura). Si todo esto se queda corto, los clientes pueden pedir un color fuera de la paleta normal y/o una configuración bitono Special Order (encargo especial).
Rolls-Royce vendió 6.032 coches el pasado 2023, más que ningún otro año en su larga historia. La propia marca señaló que tuvieron un récord de encargos a medida, es decir, coches con un altísimo nivel de personalización, tanto por número total como por valor de venta. La compañía también destacó "el enorme interés y demanda" del Spectre, su primer modelo totalmente eléctrico.