Era cuestión de tiempo que Donald Trump cumpliera con sus amenazas, y ahora ya sabemos que ha sido todo lo radical que se podía esperar, pues ha confirmado aranceles del 25% para cualquier producto automovilístico extranjero que quiera comercializarse en Estados Unidos.
Es decir, que esto toca a los propios coches, pero también a cualquier pieza, lo que podría jugar en contra de las propias empresas norteamericanas que traen de fuera componentes necesarios para sus labores de producción.
Donald Trump cumple su promesa

También hay que destacar que si bien Canadá y México eran los primeros objetivos de estos aranceles, con el anuncio de Trump de que cualquier país estará expuesto a estas nuevas tasas, eso incluye también a los pertenecientes a la Unión Europea.
Lo que ocurre es que a Donald Trump realmente le da igual, porque lo que quiere es que se fabrique lo máximo posible en territorio norteamericano, de forma que se recupere parte de la producción local que se ha ido perdiendo con el tiempo, básicamente por un tema de ahorro de costes.
Y para Trump es necesario hacer esto para recuperar el empleo en el país, y porque según el presidente de Estados Unidos “vamos a cobrar a los países por hacer negocios en nuestro país y por quitarnos nuestros empleos, nuestra riqueza y muchas cosas que nos han estado quitando a lo largo de los años prácticas comerciales injustas”.
Las consecuencias de estos nuevos aranceles que se deberían poner en marcha el próximo miércoles 2 de abril no se han hecho esperar, pues los fabricantes europeos han perdido hasta un 4% en el valor de sus acciones en Bolsa.
Casi todos están perdiendo con Trump

Por ejemplo, el Grupo Volkswagen ha reducido un 2,8% el valor bursátil de sus participaciones, BMW ha hecho lo propio un 2,72%, Mercedes-Benz un 3,62%, Stellantis ha bajado un 4,35% y Porsche un 4,52%.
La razón no es otra que el hecho de que estos fabricantes tienen plantas de producción en México o Canadá, y la maniobra de Donald Trump les pilla especialmente de lleno. Lo mismo le pasa a marcas japonesas como Toyota, Nissan, Mazda y Honda, con caídas entre el 2,04 y el 5,99% en Bolsa.
Como sea, de los fabricantes de Europa los que peor salen parados de esta guerra comercial son los alemanes, que tienen un importante negociado en el país de Trump, y piden que haya un entendimiento mutuo con el fin de evitar estas nuevas tasas que les van a afectar.
Aranceles más altos es sinónimo de un precio mayor, que de una manera u otra, dicen las marcas, acabarán pagando los clientes, pues las empresas no asumirán totalmente esta subida.